Un interno de la unidad carcelaria Nº 3 de Orán sufrió golpes varios y le arrancaron las uñas tras un intento de suicidio, según denunció su familia.

Un nuevo hecho en el que uniformados -en este caso del servicio penitenciario- están acusados de infringir torturas a una persona en Orán.
Darío Quintana entró y salió varias veces de la cárcel por robo. Según su hermana padece de retraso madurativo y es adicto a las drogas. Hace unos días amenazó con arrojarse del techo de la prisión oranense.
Pasado este episodio suicida lo trasladaron a la alcaidía y en el trayecto le entraron como a bolsa de box, y para rematar le arrancaron dos uñas. Según narró su hermana: “Él nos contó a mi mamá y a mí que lo golpearon en todas partes del cuerpo y en determinado momento le arrancaron dos uñas de sus pies. Mientras lo llevaban a la alcaidía lo castigaban y le dijeron ‘vos querés sentir dolor, ya vas a ver’, y le arrancaron las uñas con una tenaza”.
La familia se encuentra en una disyuntiva, si bien considera que el joven de 28 años tiene todo un historial de problemas con la ley, creen fervientemente que ahora está preso porque le hicieron la cama y entró como un perejil. “Venía de cumplir cuatro años entre las rejas. No es ningún santo pero esta vez estamos seguros de que él no cometió el robo de un camión. Lo agarraron de perejil y como tiene antecedentes lo guardaron”, comentaron los familiares en una entrevista con El Tribuno.
Darío quedo internado en el hospital San Vicente de Paul y la familia anunció que el abogado que los representa iniciará hoy las acciones legales correspondientes. Temen por el retorno del joven al penal.