Nicolás Mitchell propietario de un establecimiento agrícola-ganadero en Gonzales Chavez debe las cuotas alimentarias desde el 2015 de sus dos hijos. Además, es empleado de la empresa Campo Limpio S.R.L. y posee vínculos en la Justicia que lo benefician de sus deudas.

Continúa creciendo de manera preocupante la cantidad de padres divorciados que, teniendo un buen poder adquisitivo, se niegan a hacerse cargo de sus hijos, incurriendo en desobediencia judicial, ignorando las sentencias de los Jueces que intentan infructuosamente obligarlos a cumplir con su obligación de pagar una cuota alimentaria a favor de sus hijos.

Las madres, que otrora se dedicaban al cuidado de los menores, deben ahora dejar sus niños al cuidado de niñeras o recurrir a jardines maternales, para salir a trabajar, y así poder afrontar los gastos de alimentación, educación, vestimenta, recreación, etc. Pero las cuentas no cierran para esta nueva generación de familias, ya que, a los gastos arriba enumerados, se suman nuevas erogaciones: abogados, psicólogos para los menores que deben afrontar la ruptura y abandono paterno, maestras particulares, etc.

El Registro de Deudores Alimentarios y sus sanciones para los allí inscriptos parece no dar resultado. Y una sociedad en extremo machista, pareciera hacerle un guiño a estos padres que pareciera que quieren castigar a sus ex -esposas pegando dónde más duele: los niños.

Las mujeres han optado por hacer público el incumplimiento del pago de la cuota alimentaria de sus hijos, después de haber agotado todas las instancias judiciales para hacerlos cumplir y han tenido que denunciar públicamente a sus padres por padres abandónicos, pese a que cuentan con un importante poder adquisitivo.

Tal es el caso de Nicolás Mitchell (de quien Cuarto Poder se ocupó hace un año) quien abandonó a sus dos hijos, debiendo las cuotas alimentarias desde el 2015. Mitchell, es empleado de la empresa Campo Limpio S.R.L., la que además de pagarle un importante sueldo, lo provee de una camioneta doble cabina 4×4 de última generación y otros beneficios.

Mitchell es además propietario, junto con sus hermanos, de un establecimiento agrícola-ganadero en Gonzales Chavez, Provincia de Buenos Aires, que le genera dividendos mensuales por USD 10.000 que hábilmente esconde, con la complicidad de sus hermanos, bajo la figura de la sucesión indivisa, bloqueando a la Justicia en su accionar a favor de sus dos hijos menores.

¿Qué hace la justicia?

Tal vez por haber pertenecido a la familia judicial, dónde actualmente trabajan sus hermanos, acomodados allí por su padre, el cuestionado ex – Juez de la Cámara de Casación Penal Gustavo Mitchell, quien cargaba antes de fallecer, con dos investigaciones abiertas en su contra. Una por su presunta vinculación con una trama de sobornos para liberar a la patota ferroviaria, y otra por su actuación como Juez de Menores durante la Dictadura en la que se le atribuye la entrega en guarda de un bebé (Fuente Página 12).

 

Además del Juicio por Alimentos, Mitchell está imputado en una Causa Penal por una maniobra fraudulenta que realizó al retirar unos títulos del Banco de Galicia en forma unilateral, desobedeciendo, tanto él como el Banco de Galicia una Sentencia Judicial que ordenaba la inmovilización de los fondos.

En los últimos días, Nicolas Mitchell fue por más, redoblando la apuesta y desafiando una vez más a la Justicia. Habiendo sido notificado del embargo de su automóvil y de que el mismo sería rematado por un martillero para cubrir las deudas, este verdadero marginal de la Justicia destruyó el vehículo y lo abandonó en la vía pública. La Justicia deberá investigar ahora si fue una “simple” desobediencia judicial (una más y van…) o se trató de un intento de fraude para cobrar el seguro del automotor y luego deshacerse del mismo, con el único objetivo de perjudicar a sus hijos menores y así “castigar” a su ex – mujer, junto a su incansable abogada litigan incrédulamente desde hace 7 años, sin poder conseguir que este ciudadano se haga cargo.