En Cafayate, la contaminación y la desatención de problemas críticos de salud pública han suscitado una gran alarma entre los habitantes, quienes señalan al gobierno municipal por priorizar intereses propios sobre el bienestar de la comunidad.

Restos de animales faenados clandestinamente, basura electrónica y otros residuos peligrosos son arrojados diariamente en el río Chuscha, generando un grave riesgo de infecciones y enfermedades, mientras que la intendenta Rita Guevara parece concentrarse en mejorar su imagen en lugar de abordar estos problemas urgentes.

Vecinos de La Banda de Abajo, La Banda de Arriba y el centro de la ciudad han manifestado su indignación ante la falta de controles sobre los microbasurales y los mataderos clandestinos. Los desechos, entre ellos cadáveres de animales y residuos altamente contaminantes como baterías y pilas, son arrojados sin ningún tipo de restricción al lecho del río, lo cual crea un peligroso foco infeccioso que puede propagar enfermedades como salmonelosis, leptospirosis y hasta leishmaniasis, que ya ha causado muertes en la provincia.

Ante esta situación, medios locales pudieron constatar el creciente número de basurales ilegales y el estado crítico de contaminación en la zona. Las respuestas del municipio han sido ambiguas, alegando que estas situaciones son “complejas” y responsabilizando al gobierno provincial por la falta de regulación en las áreas circundantes. Esta falta de acción, junto con el clima caluroso y la época de lluvias, favorece la proliferación de insectos y alimañas, vectores de enfermedades como el dengue y el hantavirus, poniendo en riesgo a toda la población.

Indiferencia municipal: las prioridades de la gestión Guevara

Mientras tanto, la administración de la intendenta Guevara ha asignado más fondos a la refacción de su despacho que a obras de infraestructura esenciales. Según el concejal Rodrigo Chocobar, mientras que apenas se destinaron $12 millones para el mantenimiento de calles, el municipio asignó casi $10 millones a la renovación de la oficina de Guevara. Esta desproporción ha sido duramente criticada, sobre todo por la falta de planificación y el uso inadecuado de materiales en las calles, que ya ha causado molestias a los vecinos.

Cabe recordar que recientemente, el Concejo Deliberante aprobó el retiro de arena que se usaba para tapar baches, un material que, tras las lluvias, se arrastra y forma bancos de sedimento que dificultan el tránsito. Los vecinos han llegado al punto de organizarse para reparar las calles por su cuenta, ante la ausencia de soluciones municipales. La renuncia del secretario de Obras Públicas, Juan Chachagua, quien denunció una falta de comunicación con la intendenta, agrava aún más la situación y cuestiona la administración de los recursos humanos y financieros en el municipio.