El gobierno provincial anunció que se construirán pabellones exclusivos para los detenidos por causas de microtráfico en Orán, Tartagal y Capital. Después de tanto reviente ya no hay campo en la cárcel para alojar a tanto díler.

En los pasados días la ministra de justicia de la Provincia, Pamela Calletti, anunciaba, como si fuese un gran logro, la cantidad de detenidos por microtráfico en la provincia en estos 4 meses desde que estas causas pasaran a depender de la provincia: más de 200, algo así como 50 personas por mes. A este ritmo a fin de año podremos contar con más encerrados por microtráfico que fieles en las peregrinación del milagro, porque mientras los grandes suministradores no sean detenidos, los minoristas seguirán apareciendo. Entonces el gobierno parece no comprender un negocio en el que siempre hay alguien dispuesto a ser transa.

Actualmente la población en el Servicio Penitenciario de Salta asciende a 2.500 personas que de por sí generan un número bastante alto, y si a esto le sumamos la cantidad de gente que ingresará en los próximos meses el abarrotamiento de las cárceles salteñas es la única posibilidad.

La obra entonces contempla la construcción de pabellones con capacidad de 50 personas cada uno en las Unidades Carcelarias de Orán, Tartagal y Capital. Según el gobierno estas obras serán financiadas con fondos provenientes del cobro a la Nación por la manutención de presos federales y el presupuesto provincial. El presupuesto no fue informado.

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