Los rumores sobre el misterioso viaje a Miami. El blindaje mediático para no poner el ojo sobre una posible muestra de la vida de la intendenta que la deja a tono con los ricos y famosos del mundo. (Por Alfredo Palacios)

Los últimos días de Bettina estuvieron teñidos por rumores. En el propio gobierno municipal admitieron que la “garganta profunda” que filtró el cuchicheo que exasperó a la intendenta habría salido de su propio seno.

Ocurre que nadie lograba ubicarla y los más cercanos no respondían. Eso generó que las versiones comiencen a circular; la más fuerte fue la que señalaba que habría aterrizado junto a su padre en Miami, Estados Unidos.

Los comentarios, ya con la versión instalada, especulaban sobre los motivos de la travesía. Teniendo en cuenta que en los últimos meses el mencionado destino se convirtió en clave para el «turismo de vacunación», fue lo primero que se conjeturó. Otros, en cambio, prefirieron señalar que se trataba de un viaje de negocios muy privados.

Las especulaciones llegaron a nuestra redacción y con los recaudos que el oficio impone (usando el condicional del rumor) incorporamos la incógnita sobre el paradero de la intendenta. Inmediatamente, la comunicación oficial mediante un parte, anunció que se encontraba en Buenos Aires y que tenía previsto reunirse con el ministro de Turismo y Deportes Matías Lammens.

La torpeza mayor, sin embargo, no fue esa. El martes 13 un móvil de Multivisión Federal llegó hasta la casa Rosada para dar pista a la intendenta. Allí, con un notable bronceado, respondió a nuestra publicación: «No me fui a Miami, estoy en Buenos Aires gestionando para mi ciudad».

Enternecedora de tan ofuscada, en la misma entrevista, cometió la ignominia de confesar: “me apoyo y trabajo codo a codo con medios como ustedes donde lo que nos importa es informar”. Para los entendidos quedó claro que se apoyó en uno de los medios más indulgentes, que recibe una generosa pauta, la cual solo el año pasado rozó los 10 millones de pesos.

La desconfianza sobre los dichos de Bettina no quedó despejada ni por asomo, es más se acrecentaron las dudas al chequear el Boletín Municipal con fecha del 7 de abril, publicado el 12, donde se autorizó “la liquidación de viatico y pasajes” por un monto de 53 mil pesos para un viaje a Buenos Aires. Esto indudablemente, entroncó con la versión de que la jefa comunal habría viajado sin anuncios el día miércoles 7 de abril a Buenos Aires y el viernes habría arribado a Miami, retornando el lunes para reunirse con Lammens el 13.

A la falta de transparencia sobre sus últimos días se sumó la inquietud respecto al cumplimiento de la carta orgánica municipal; la misma establece que en casos de ausencia temporaria del Intendente, este será reemplazado por el Presidente del Concejo Deliberante hasta su retorno. Ni Darío Madile ni los concejales quisieron clarificar sí Bettina cometió una grave falta institucional. “No sería la primera vez que deja el municipio, cuando estuvo enferma no dejó a cargo al presidente del Concejo”, comentó una edil que prefirió no entrometerse en tamaño enrollo.

Blindaje

Bettina Romero llegó a la intendencia envuelta en un relato y gestiona, si se puede llamar gestión a lo que hace, aún más blindada. Los números que entregó, en concepto de pauta oficial, a los medios de comunicación en 2020, alcanzaron los 170 millones de pesos. Esa pauta le sirvió para maquillar los errores y ocultar las mentiras de campaña. Sobre todo se trató de una política de medios con un control absoluto para garantizar la complacencia y castigar a los medios críticos, tal como ocurrió con vuestro semanario que sufrió la baja de la pauta pese a un fallo judicial a favor; el funcionario Ramiro Angulo avalando tamaña grosería dijo que la municipalidad gastaba priorizando los servicios de los ciudadanos.

Esta semana se conoció que el blindaje de la gestión equivale al ítem que figura en el presupuesto actual como bacheo y hormigón, es decir que invirtió en plena pandemia una montaña de dinero igual a lo presupuestado para arreglar las calles.

Lo escandaloso fue que los medios de la familia Romero fueron los destinatarios predilectos de la gestión Bettina. Por publicidad emitida en el diario El Tribuno, en la página web de ese medio, en AM 840 y en la FM La Red, esas sociedades recibieron de la Municipalidad, $ casi 33 millones en publicidad oficial durante el 2020. Casi un 85% de la plata para publicaciones en papel fueron para diario El Tribuno, en tanto, una revista prácticamente inexistente como El Salvador, vinculada a su hermano, Juan Esteban, recibió un enorme auxilio económico.

La obsesión de Bettina por las redes sociales tuvo un altísimo costo: solo en una consultora para gestión de contenidos destinó más de 5 millones de pesos.

Con canales, diarios y radios todo bajo su control resulta difícil ponerle un freno a una forma de gobierno donde lo que resalta es la imagen de Bettina Romero. Dejando en evidencia que estaríamos en presencia de una malversación de fondos puesto que la difusión de información de interés para los vecinos de la Ciudad, es muy poca en relación al realce de su figura.