Luciana Dimarco, antropóloga e investigadora de la Universidad Nacional de Salta abordó el proceso histórico de la Batalla de Salta y las celebraciones que empezaron a realizar un grupo selecto de salteños en el afamado Club 20 de febrero.

Andrea Sztychmasjter

Las reseñas señalan al Club 20 de febrero como un espacio caracterizado desde su creación por ser el reducto indispensable para la sociabilidad, reproducción, diferenciación y distinción social de las élites en Salta. Aunque fue inicialmente fue conformado por hombres, posteriormente y hasta la actualidad se siguen realizando diferentes eventos de gala, como el tradicionalmente conocido como “baile de señoritas”.

Dimarco es antropóloga social, recibida en la Universidad Nacional de Salta y doctora en Antropología por la Universidad de Buenos Aires. En sus dos tesis, tanto la de grado como la de doctorado, abordó la fecha histórica de la Batalla de Salta, pero también las fiestas de elite que empezaron a festejarse por parte de un sector de la sociedad salteña que se atribuyó la herencia de la gesta independentista.

En su trabajo investigativo señala que este baile constituía el evento central a través del que la elite nucleada en el club se exhibía, una instancia de autoconstrucción sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto de diferenciación como grupo “privilegiado”, “superior”; dado que a través de este baile se mostraban y eran vistos por otros, justificando jerarquías y diferencias en el ordenamiento de la sociedad salteña, y el lugar que ocupaban allí.

“A la vez, operaba como el ritual que propiciaba la reproducción y sostenimiento del grupo allí reunido, porque en él tenía lugar la ‘presentación de señoritas en sociedad’, momento en que los hombres de estas familias presentaban a sus hijas y las ‘ofrecían’ a otros hombres de su mismo grupo, posibilitando un encuentro con miras a futuros posibles noviazgos y matrimonios, que permitiera pactar acuerdos y alianzas entre familias que podían estar enfrentadas o ser rivales. Los matrimonios que se propiciaban a través de este baile constituían una estrategia fundamental para poner fin a ciertas enemistades entre familias del club y miembros de éstas, y así sellar lazos y alianzas (políticas y económicas/de negocios) con intercambios y obligaciones mutuas, que eran claves para mantener y alcanzar espacios de poder”, describe una de investigaciones.

En su trabajo “Las conmemoraciones de la Batalla de Salta, entre la fundación del Club 20 de febrero y el ‘Primer Peronismo’. Apropiaciones, resignificaciones y disputas”, describe los festejos oficiales y el Club XX de febrero, como espacio privado pero que está particularmente vinculado a la conmemoración de la fecha.

“El club se fundó el 20 de Febrero de 1858, tomando como nombre justamente la fecha en que ocurrió la batalla, y es fundado además como una forma de homenajear a quienes habían peleado en esta batalla, y como una forma de homenaje a la Batalla de Salta. Además, como sus miembros fundadores, y después a lo largo del tiempo, sus integrantes, se abogan como, de alguna manera, el lugar como principal, la tradición de celebrar y de festejar este hecho patrio en sus salones con un baile exclusivo, y va a tener una vinculación particularmente importante el 20 de febrero, con la Batalla de Salta. Entonces, también tomé esta institución para indagar acerca de la conmemoración de la batalla de Salta y de las tramas políticas y de poder”, manifestó la antropóloga.

En sus investigaciones la doctora en Antropología describe que este espacio se conformó en un centro social institituyente, en el sentido de que, otorgaba prestigio y sancionaba posiciones sociales y sus jerarquías, por lo que incorporarse y formar parte era una forma de “invertir” para lograr reconocimiento social.

“En mi tesis de licenciatura, tomé como un evento significativo a la Batalla de Salta, entendiéndolo como un evento clave en el calendario oficial y patrio, que es considerado como esta fecha, como este evento glorioso, que permite a Salta posicionarse a nivel nacional, como una contribución de Salta a la historia nacional, en el marco de la lucha por la independencia. Es además como un evento fundante de la historia propia, de la historia salteña. Y bueno, a mí me parecía como interesante poder entrar a través de las formas en que esta fecha ha sido interpretada, ha sido valorada, cómo se festejó y se celebró, ese hecho a través de los años. Es, de alguna manera, un hecho que condensa un montón de otras cosas y que permite mirar a través de ese hecho distintos procesos y dinámicas más amplios, procesos sociales, históricos, disputas y jerarquías sociales, dinámicas políticas, las formas en que se fue haciendo política en Salta, cómo se fue configurando las tramas y las relaciones de poder entre los grupos sociales en un arco temporal amplio desde mediados del siglo XIX o la última parte del siglo XIX hasta mediados del siglo XX”, describió sobre su trabajo de investigación la antropóloga.

El gobierno peronista y el baile del pueblo

Dimarco también describe que este baile, celebrado por parte de un grupo particular, de una institución privada, de un club social de elite, si bien es el lugar central en los festejos oficiales después se produce una “expropiación del Club 20 de Febrero en el marco del primer peronismo en Salta”.

Señala la investigadora que una serie de sucesos promovidos por el gobierno provincial peronista, “van a ir en contra del Club 20 de Febrero y van a expropiarles el edificio donde funcionaba la sede social, para instalar ahí la casa de gobierno. Después también va a haber una serie de programas o de medidas, que van a estar cuestionando la centralidad que tenía tanto el Club 20 de Febrero socialmente en la sociedad salteña como también el lugar que éstos se reconocieron a sí mismos en la celebración de este hecho patrio. En las décadas de 1945 a 1955, con el gobierno peronista, se va a dar una gran apertura y extensión de este festejo, de esta fiesta de la batalla de Salta a todos los salteños. Esto se va a dar porque, en el marco del Primer Peronismo tiene lugar un hecho clave que es la expropiación del Club 20 de Febrero, que no sólo va a conllevar a que se le quite al Club el edificio donde funcionaba e instalar allí la Casa de Gobierno, que ese edificio hoy en día es el Centro Cultural América, al frente de la Plaza 9 de Julio, sino que también se le va a quitar la personería jurídica y además va a ser todo este marco propicio para cuestionar justamente el lugar del Club 20 de Febrero en la apropiación que tenían sus miembros en torno a este festejo, en torno a la Batalla de Salta, porque se reconocían como los herederos legítimos de las glorias de quienes habían peleado en esa batalla. Y va a ser en el marco del primer Gobierno peronista en Salta que va a haber una apertura de esta fiesta porque van a comenzar a realizarse los bailes de la victoria, que van a ser unos bailes que están organizados por el Gobierno Provincial y que están destinados al pueblo, a su disfrute, donde había números artísticos, grupos musicales que tocaban, participaba todo el pueblo sin restricciones. El primero se hizo en 1953 en la Plaza 9 de Julio y después en el 54 se hacen varios bailes de la victoria ya en los barrios de la ciudad, en las villas entonces estos bailes son bastante interesantes para ver cómo se da esa popularización y esa extensión de este festejo, de esta fiesta y de la celebración de este evento histórico desde el centro de la ciudad hacia la periferia y va a ser también la primera vez que el pueblo, a través de sus representantes barriales, va a participar de la organización de estos festejos que van a tener como toda esta impronta más inclusiva, más integradora y que va a adquirir otros sentidos vinculados a la justicia, al bienestar social, a la democratización”.