Roces con la administración
 
*Vecinos del barrio privado Los Olmos, en Cerrillos, han presentado quejas contra el consorcio que actualmente administra el vecindario. Según expresaron testimonios de quienes viven allí, su intendente amenaza constantemente manifestando lazos con el ministro de Seguridad, el ex coronel Manuel Pulleiro.* Alfredo Palacios

Vecinos que habitan en el barrio privado Los Olmos, ubicado en la localidad de Cerrillos, dieron cuenta de la desesperante situación que viven hace algunos meses. El intendente actual del barrio es Juan Pablo Godoy, un sargento jubilado, que aclaró en varias ocasiones ser amigo de Manuel Pulleiro, el cuestionado ministro de Seguridad salteño.

El resto de consorcio está conformado por Marisa Fradejas (presidenta), Mariano del Valle Mirón (vicepresidente), Verónica Marcela Esquiú (Vicepresidenta primera), Susana Hortensia Brina (vicepresidenta segunda), Colina Claudia Egea (vocal primera) y  (vocal) Rodrigo Montoya (vocal segundo).

Godoy no se caracteriza por las buenas formas y el trato cordial, más bien aplica el destrato militar dentro de los límites del barrio. El reglamento, como todo barrio privado, establece que el intendente/administrador debe, justamente, realizar tareas que tengan que ver con la convivencia del barrio, tarea que Godoy en conjunto con el consorcio habrían excedido. Las denuncias de los vecinos relatan desde aprietes y amenazas por parte de la policía, con quienes pareciera que el administrador tiene contactos todavía, hasta prohibiciones insólitas que deben aceptar a rajatabla en sus propios domicilios. Para llevar adelante esta política basada en la prepotencia, Godoy se apoya en el hecho de que todo el consorcio lo apoya, aunque los que conocen advierten que su conducta es avalada fundamentalmente por Fradejas y por Susana Brina.

En Barrio Los Olmos viven 240 familias que pagan expensas, que cubren la seguridad privada y el mantenimiento de los lugares comunes. Según manifiestan los vecinos, se recaudan aproximadamente entre un millón y medio y dos millones de pesos, monto que puede variar de un mes a otro. Cada mes, cuando el consorcio presenta la rendición de cuentas, independientemente de a cuanto ascienda, el balance queda en cero; es decir, siempre se gasta la totalidad de los ingresos, algo que ha llamado poderosamente la atención de los vecinos de Los Olmos.

Al margen de lo que podría significar una administración fraudulenta con el pago de las expensas, preocupa, también, a los habitantes de Los Olmos el manejo prepotente de Godoy y compañía, para quienes las amenazas y aprietes son moneda corriente. De hecho, Juan Pablo Godoy se jacta públicamente de que es amigo del militar retirado Pulleiro.

*Autoritarismo y monopolio de negocios*

En plena pandemia, muchos vecinos de Los Olmos se quedaron sin trabajo, por lo que optaron, como muchos salteños, en vender productos desde sus casas. Enterada la administración del consorcio, les prohibió generar cualquier tipo de actividad comercial, regla que pareciera solo aplicar para el resto de los vecinos, pero no para los miembros del consorcio. De hecho, la colocación del gas de las casas del barrio es un monopolio que estaría en manos de la familia de Verónica Marcela Esquiú, una integrante de la administración. Otro ejemplo de esto es el hecho de que Susana Brina, siguiendo a rajatablas el dicho: haz lo que digo pero no lo que yo hago, dictaba clases particulares en su domicilio.

A su vez, cuando alguno de los vecinos se queja de las arbitrarias disposiciones de los miembros del consorcio y especialmente de Godoy, se inicia una cacería de brujas que termina en revisiones de casas para encontrar irregularidades, arquitectos a los que hay que pagarles por capricho del Consorcio y hasta se deben soportar amenazas de demolición de casas.

Con tal situación, los vecinos que hablaron con nuestro semanario manifestaron un real temor de seguir viviendo allí si todo sigue de esta manera, ya que lejos se encuentra la actual administración de hacer del lugar una gran familia.