Daniel “Rengo” Aguilera –peligroso barrabrava del club de fútbol Godoy Cruz, escuchó en calma cómo el Tribunal Oral Federal (TOF) Nº 2 de Mendoza lo condenaba a 12 años de prisión por dirigir una organización de narcotraficantes. Pero poco le importó. Desde una cárcel federal de la provincia cuyana, cuatro días después de la sentencia, fue descubierto coordinando en su celda el envío de una carga de cocaína que salió desde Tartagal. No era la primera vez que operaba desde una prisión. (Ulises de Salta)

 

De hecho, justamente, la condena que recibió fue por liderar operaciones delictivas desde la cárcel provincial de Boulogne Sur Mer, en Mendoza, con complicidad de agentes penitenciarios. Sobre la sentencia que recibió, desde la Justicia federal informaron: “La causa tuvo origen a partir de una denuncia anónima radicada en febrero de 2017, que daba cuenta de que Aguilera lideraba una organización dedicada al tráfico de estupefacientes desde su celda en el complejo penal en el que se encontraba y que comercializaba estupefacientes tanto dentro como fuera del recinto”.

En Salta, Aguilera contaba con sus cómplices –por ahora son cinco los prófugos en ambas provincias– que le enviaban la cocaína desde Tartagal, cerca de la frontera con Bolivia. Una carga de 5.5 kilos de esa droga fue descubierta por agentes federales de Gendarmería en un retén sobre la Ruta Nacional 34. Fue así que la delegación salteña del Área de Delitos Complejos del Ministerio Público Fiscal de la Nación decidió que se realizara en Mendoza una entrega controlada de la encomienda que contenía la droga.

 

Dos mujeres fueron capturadas en la provincia cuyana cuando retiraron la droga, y acusaron directamente a Aguilera para salvarse. El MPF informó tras las detenciones: “La tarea investigativa, coordinada por el Área de Casos Complejos, culminó con otro procedimiento realizado en el Complejo Penitenciario Federal de Mendoza, donde se llevó a cabo una requisa en la celda 33, ocupada por Aguilera”.

 

Y agregaron que el 30 de julio, “Aguilera fue hallado culpable de dirigir una organización dedicada a la distribución de drogas en esa provincia, aunque esta no fue la única condena, pues en 2013 y 2017 recibió otras sentencias condenatorias por delitos contra las personas y por violencia de género”.

 

“De acuerdo a la investigación, esas circunstancias no le impidieron seguir con sus negocios vinculados, esta vez al narcotráfico. Como prueba de ello, en su celda, personal del Servicio Penitenciario Federal encontró un teléfono celular y varias anotaciones, mientras que desde una mesa, en un compartimento que fabricó, tenía oculto otros dispositivos de telefonía celular”, detalla el informe de los allanamientos desencadenados tras el secuestro de droga en Salta.