Los menores torturados por la policía en Güemes declararon ante la justicia. El padre de uno de ellos mencionó que la denuncia por la que los detuvieron era falsa y los responsables todavía cumplen funciones dentro de la fuerza.

No hace falta detallar lo que sucedió hace aproximadamente dos años, cuando un video (filmado por los mismos policías) se filtró en la web y causó conmoción en todos aquellos que no conocían los métodos utilizados por la policía salteña: apremios ilegales y torturas.

En la jornada pasada los menores declararon mediante la modalidad de cámara Gesell (sin la presencia de público, salvo un psicólogo perito designado por la justicia). Pasada la declaración el padre de uno de los chicos se refirió al caso alegando que la denuncia por la cual recibieron una paliza seguida de submarinos era una mentira. “Reaccioné mal contra él cuando me contaron lo del robo. Ahora me enteré que la denuncia del muchacho era falsa, que nunca hubo robo alguno, que el acusador le mintió a su padre porque había empeñado el celular y esa mentira le costó la detención de los chicos”, declaró el padre.

Lo que ya no sorprende es que, como en otros casos que detallamos anteriormente en los cuales se pudo constatar el uso indebido de la fuerza, los perpetradores de tales torturas no fueron sancionados, salvo que consideremos pasar de una comisaría a otra como un castigo.

“¿Cómo puedo tolerar que los que atacaron a mi hijo, un puntero político del intendente, siga en libertad al igual que quien fingió un robo y causó esta calamidad y creer en los funcionarios si el personal policial apartado de sus funciones sólo fueron trasladados a unos cuantos kilómetros de General Güemes, a Cobos y Campo Santo?” fueron las palabras del padre.