En Tucumán sigue el juicio por trata de personas y explotación sexual. Drogas para soportar jornadas extenuantes, latigazos para disciplinar conductas y entrega de dinero a los prostíbulos son algunos de los detalles del horror narrados en el juicio.

Soledad Vallejos, periodista de Página 12, sigue los detalles del juicio por trata de personas que juzga a siete imputados que, además, están acusados por explotar sexualmente a mujeres en dos prostíbulos de la capital provincial. “Droga y alcohol para resistir las extensas jornadas de intercambios sexuales (al menos 15, uno tras otro) por dinero; latigazos cuando una conducta era considerada indisciplina; amenazas; obligación de entregar a los dueños de los prostíbulos la mitad de lo cobrado a los clientes”, son algunos de los detalles precisados por la nota publicada hoy en ese medio nacional.

De los siete imputados, cinco lo están como partícipes necesarios de los delitos juzgados; otros dos, Mercedes del Carmen Medina (pariente de Liliana “Mamá Lili” Medina, la fallecida madre de los mellizos José “Chenga” y Gonzalo Gómez, todos juzgados por el secuestro de Marita Verón) y su pareja, Ernesto Antonio “el Negro” Robles, como autora y coautor.

Medina “daba las órdenes” y si era desobedecida, “te metía en la pieza y te pegaba con el látigo”, contó una de las testigos de identidad reservada. La misma mujer explicó la dinámica de lugar: “Trabajábamos casi 25 chicas y de lo que ganábamos era 50 por ciento para la casa y 50 por ciento para nosotras”; “un pase con un cliente de 15 minutos valía $ 100, el de media hora costaba $ 200 y el de una hora valía $ 400”. Además, agregó, para soportar las jornadas, “tomaba droga y alcohol”, porque la obligaban a trabajar “con al menos 15 clientes por día”.

El juicio que tramita ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán refiere las investigaciones reservadas –que incluyeron escuchas telefónicas por orden judicial– que, en 2013, terminaron con distintos allanamientos, dos en los prostíbulos California y Night Club, y siete imputados como parte de una banda que, además, tenía lazos con pares de otras provincias, entre ellas Salta.