Durante la última edición de la Serenata a Cafayate, varios artistas denunciaron haber sido maltratados y discriminados por parte de los organizadores del evento.

Entre los testimonios recogidos se destaca el relato de las integrantes del dúo cafayateño Iskay Huayra,  Fernanda Cata Cata y Ema Díaz, quienes aseguran que se les negó el acceder al baño antes de su presentación y se les negó una botella de agua al terminar su actuación.

«Lo que nosotros nos pasó fue en primer lugar que no nos dejaban ni siquiera pasar al baño porque había otros artistas que pidieron exclusividad del uso de los camerinos y demás y no nos dejaban pasar al baño 5 minutos antes de tocar», relató una de las afectadas. Además, se denunció que los bailarines de un ballet tuvieron que cambiarse en la calle debido a la falta de camarines disponibles.

Ante esta situación, los artistas afectados han decidido convocar a otros colegas que hayan sufrido situaciones similares para elevar una nota de reclamo a la presidenta de la comisión de la Serenata a Cafayate. Se busca identificar a las personas responsables de este maltrato para que se tomen medidas correctivas y se garantice un trato digno a todos los participantes del evento.

«Es importante poder discriminar quiénes han sido estos funcionarios para hacerles ver que la forma de trabajo debe ser distinta. Todos los músicos que participan en la Serenata aportan su talento y es injusto que se les trate de esta manera», señaló una de las denunciantes.

Se espera que esta iniciativa logre visibilizar el problema y promover un cambio en la forma en que se trata a los artistas en eventos culturales como la Serenata a Cafayate.

Las artistas también aseguraron que el destrato ocurrió en dos días distintos de la 50ª edición de la Serenata a Cafayate: «Nos pasó cuando tocamos con la escuela de música y cuando hicimos nuestra presentación particular, y lo que nos pareció injusto es que a otros artistas si los dejaron pasar.»