Setenta mil personas a lo largo de más de 40 cuadras marcharon por el centro hasta la Catedral. En el epílogo, hubo represión de la policía y heridos con balas de goma. En 2017, el Encuentro Nacional de Mujeres se realizará en la provincia de Chaco. 

En una marcha sin fin, las mujeres se adueñaron anoche de las calles de Rosario. Cada cuadra caminada fue un desborde de alegrías y reclamos multiplicados en miles, en el 31º Encuentro Nacional de Mujeres (ENM), donde las organizaciones feministas, sociales, gremiales y políticas terminaron de adueñarse de la ciudad con consignas que reclamaron «aborto legal», «cárcel a los proxenetas», «basta de femicidios» «salario digno para las mujeres», «el ajuste es violencia». Calcular cuántas personas marcharon muchos compañeros se sumaron era difícil, pero desde la comisión organizadora se hablaba de más de 45 cuadras y 70 mil personas. El ritual que se repite en cada Encuentro dejó su sello en varios puntos de la ciudad: Tribunales provinciales y la Catedral, aunque vallada, recibieron las marcas de la marcha en sus paredes. «Aborta la familia», «machete al machote», escribieron los aerosoles. El de este fin de semana es el primer Encuentro del gobierno de Mauricio Macri, que fue duramente criticado por sus políticas de ajuste. «Hay un machista dentro de la Rosada, que quiere a las mujeres todas calladas. No queremos más femicidios, ni trata ni explotación, queremos en la farmacia Misoprostol. Aborto legal, aborto legal», cantaron las columnas, al ritmo de la canción Matador. «Macri, compadre, la calle está que arde» y «Qué lástima me da, la madre de Macri no pudo abortar», fueron otros de los cánticos dedicados al presidente. Con la llegada al centro se vieron problemas con el corte de calles que debía garantizar el gobierno provincial. Las propias organizadoras debieron enfrentarse con automovilistas enojados, que no dudaron en atravesar columnas. Al cierre de esta edición, en la Catedral hubo balas de goma al aire, por parte de la policía. También, gases lacrimógenos. El periodista de Canal 5 Alberto Furfari y el fotógrafo José Granata recibieron impactos de las balas de goma, en la represión frente a la plaza 25 de Mayo, aunque su estado no revestía gravedad. El Sindicato de Prensa repudió de inmediato el accionar de la policía provincial. En tanto, las manifestantes no retrocedían. La comisión organizadora evaluaba suspender la peña que iba a sellar la noche.

Tras dos intensas jornadas de talleres, debates y actividades culturales que no dieron abasto y que colmaron la ciudad de las mujeres, anoche el 31º ENM fue coronado con una larga caminata de casi cuatro horas, que atravesó todo el macro y micro centro rosarino, desde la plaza San Martín, frente a la sede de Gobernación provincial, pasando por los Tribunales federales y provinciales, hasta la Catedral, que estuvo vallada y custodiada por la policía todo el fin de semana, para culminar frente al río Paraná, que desplegaba su esplendor bajo el cielo estrellado, donde más tarde comenzaría la tradicional peña que reúne, pero que estaba por ser suspendida, tras los incidentes.

La que se repite cada año en diferentes ciudades del país no es cualquier marcha. Se trata de la movilización que busca visibilizar ante toda la sociedad las problemáticas de género y que marca el comienzo del fin de cada Encuentro. En el de este fin de semana hubo risas, abrazos y mucho diálogo sobre lo que falta.

En tetas, en corpiño, con remeras verdes, violetas, con pelucas fucsias, disfrazadas y con consignas pintadas en la espalda o en el pecho, las mujeres rosarinas, del país y de América latina marcharon, saltaron, gritaron, cantaron y disfrutaron del momento más álgido del Encuentro. «Ya te hicimos 30 encuentros, hoy te hacemos uno más», repitieron durante las primeras cuadras.

El ritual fue un arcoiris que comenzó a pintarse en la plaza San Martín, donde miles de mujeres fueron llegando en columnas, tras el cierre de los talleres repartidos en escuelas, facultades y demás instituciones. A las 17.30 la comisión organizadora ya estaba en la cabecera de la marcha. «Estamos ante un encuentro muy convocante», se emocionó Majo Geréz, de la comisión organizadora. Sus compañeras hablaron desde el otro lado de la bandera, cuando empezaron a dar los primeros pasos. «Esta es una marcha de unidad, que se ve reflejada en la bandera que compartimos con diferentes organizaciones», remarcó Liliana Leyes. «Estamos felices», dijo Majo Poncino.

La marea comenzó a moverse con fervor, pasadas las 18, cuando llegaron a calle Oroño, desde Santa Fe. Una cadena humana custodió la movilización y las luces de fuegos artificiales marcaron el punto de largada. Más adelante se fueron sumando columnas, pero también grupos de mujeres con amigas, que esperaban en las esquinas.

Las consignas fueron muchas, pero los cánticos estuvieron especialmente dirigidos al reclamo de aborto legal, seguro y gratuito, por el fin de los femicidios en el país, también de los travesticidios. «No queremos coser, queremos coger», reclamaba una jovencita desde la inscripción en su espalda desnuda.

Un grupo de brasileras residentes en Capital Federal se organizaron para combatir al golpe en Brasil y vinieron a Rosario para participar del ENM. «El golpe en Brasil es misógino y machista, porque fue contra una mujer a la que se atacó por ser temperamental. Venimos a decir ¡fora Temer!», dijo Isabela, del Coletivo Passarinho. Más adelante, un grupo de chicas disfrazadas de Caperucita Roja aclararon que son «anarcaperucitas combativas». Y gritaron: «El lobo no nos va a comer, nosotras vamos a comer al lobo».

Las pintadas en Tribunales apuntaron a jueces y fiscales. Es que, luego de que pasara la cabecera de la marcha, varios grupos se desprendieron de sus columnas para sacudir el aerosol y escribir las paredes. Hubo acusaciones a jueces por «corrupción». También pintadas contra la discriminación a trans y bisexuales. En pancartas y cánticos fueron recordadas Lohana Berkins y Diana Sacayán. También la tucumana condenada, Belén; y la rosarina Yamila, acusada de abandono de persona seguido de muerte por el fallecimiento de su bebé tras un parto en avalancha, en el baño de su casa, y que fue sentenciada a 9 años de prisión, hace unos días. Los casos de mujeres muertas o detenidas en otras provincias también fueron parte del reclamo. «Libertad para Victoria», rezaba una bandera, se trata de una chica de 23 años que está presa en Misiones hace más de 20 meses, luego de que su expareja matara a su hija de dos años y medio. «Esa fue la respuesta que le dio la Justicia», se quejaron. Incluso, una enorme bandera reclamaba la libertad de Milagros Sala, la militante de Tupac Amaru, que fue recordada como la primera presa política del gobierno macrista.

Incidentes

La marcha estuvo marcada por la contundencia y legitimidad de las demandas del movimiento de mujeres, que le puso el cuerpo a sus reclamos, porque no pararon de cantar durante el recorrido. Recién pasadas las 21.30 llegaron las primeras columnas a la Catedral, donde hubo balas de goma al aire, botellazos y piedrazos de un grupo de manifestantes.

Tras los incidentes, desde la comisión organizadora prefirieron no hacer declaraciones y estaban a punto de reunirse para evaluar cómo terminar la noche, ya que estaba planeada una peña en la explanada del Galpón 17, sobre el río. Hasta pasadas las 22 se seguían oyendo balazos de goma. Lo que contaron algunas manifestantes es que la policía mandó a la primera línea de custodia de la Catedral a policías mujeres «sin cascos y sin escudos», por lo que empezaron a volar latitas y botellas, y así se habría iniciado el incidente. Más tarde, una manifestante prendió fuego un escenario de madera en Santa Fe y Laprida que todavía ardía pasadas las 22.30.

Fuente. Rosario 12