El ex vicegobernador se mata de a poco. Frena la proclamación de Cristina Fiore en el PRS pero desnudando sus miserias como presidente de la fuerza: no pudo armar lista para competir, adeuda aportes partidarios y tiene la sede embargada. (Daniel Avalos)

El conflicto que atraviesa al PRS por la conducción del mismo enfrenta a la senadora nacional Cristina Fiore y al senador provincial Andrés Zottos. La primera fue pionera en eso de migrar recurrente e imprevistamente de un partido a otro sin ruborizarse. El segundo es el actual presidente de la fuerza y un símbolo de las maniobras políticas que ejecutadas sin habilidad y sin sentido de la realidad, siempre terminan mal. Es lo que Zottos ha vuelto a reeditar en la actual etapa partidaria: cuando descubrió que la lista que apadrinaba no reunía la totalidad de candidatos requeridos se lanzó a una ofensiva solitaria y enceguecida que algún literato bautizaría como “suicidaria”: la técnica propia de quienes gustan matarse políticamente de a poco.

Todo empezó el sábado 11 de junio a las 20 horas. De las tres listas que amenazaban con batirse a duelo por la conducción del PRS, sólo la de Fiore cumplía el requisito de inscribir precandidatos en al menos 15 departamentos y sus respectivos municipios. Las de Roberto Gramaglia, que responde a Zottos, y de Oscar Rocha Alfaro, vinculada al intendente capitalino Gustavo Sáenz, llegaron a tiempo pero sólo para pedir una prórroga en la presentación de lista. El último argumentó que el crispado momento político del país ameritaba una lista unidad; a pesar de que algunos partidarios confiesan que sólo había logrado conformar listas en cuatro departamentos: Capital, Güemes, Orán y La Candelaria.

Aunque insuficiente para participar de la contienda, el esfuerzo era bastante mayor al que habían logrado los hombres y mujeres de Andrés Zottos que, perdidos por perdidos,  apelaron a un argumento indefinible en el mundo de la política: la huelga camionera de  aquellos días dejó sin nafta a los apoderados de la lista que se vieron imposibilitados de presentar los papeles a tiempo. Para enterrar rápidamente lo estrafalario en el olvido, quien fuera dos veces vicegobernador de la provincia asumió personalmente la ofensiva para evitar la proclamación de Cristina Fiore. Lo hizo con un método que él habrá imaginado como un movimiento de pinzas que busca cercar al adversario antes de aniquilarlo: operaciones hacia el interior de la desvencijada estructura partidaria y denuncias mediáticas asegurando que Fiore no podía conducir un partido al que no realizaba aportes económicos como lo mandan los reglamentos.

La respuesta fue rápida. En el programa radial “El diario de Durand” que se emite por FM Profesional todos los días de 17 a 19 horas, ella aseguró el pasado miércoles que según informes de tesorería era Zottos quien adeudaba aportes. El informe efectivamente existe. Fue redactado el 18 de junio pasado por el tesorero Gabriel Muratore y estaba dirigido al presidente de la Junta Electoral, Marcelo Chuchuy, quien lo había solicitado cuando el conflicto entre la candidata a presidir la fuerza y el actual presidente de la misma era abierto. El tesorero aclaró en el escrito (ver imagen) que se desempeñaba en el cargo desde julio del año 2015 y que poseía registros desde enero de ese año en donde, efectivamente, Zottos no aparecía.

Según fuentes consultadas por Cuarto Poder, el presidente de la Junta Electoral puso al tanto al presidente partidario de la vergonzosa situación. Presa de un ataque de ira, el ex vicegobernador aclaró que no era él quien se candidateaba y que era el partido quien le debía dinero que en distintas circunstancias él había desembolsado para resolver cuestiones inmediatas. Chuchuy, aseguran las fuentes, trataba de explicarle que de nada valían argumentos de ese tipo cuando no hay registro alguno de la generosidad declamada. Todo fue en vano. La ira, después de todo, suele despojar del uso de la razón a quienes la padecen momentánea o permanentemente.

Para colmo de males, la estrecha estructura partidaria ya sabía cuál iba a ser la defensa de Cristina Fiore con respecto a su condición de morosa. Se ampararía en el Inciso b) del artículo 42 de la Carta Orgánica que establece que los aportes corresponden a los afiliados que desempeñen cargos electivos por el partido. Ella, Cristina Fiore, aduciría como finalmente hizo que a su cargo de senadora nacional accedió por el Frente para la Victoria salteño cuando desistió, en el año 2013, de acompañar al propio Zottos, quien rompiendo entonces con el Grand Bourg buscó la misma banca nacional con el PRS  para apenas rozar un frustrante 6% provincial.

Las razones de Fiore podrían avergonzar a muchos, sostienen sus partidarios, pero son legalmente válidas. Mientras tanto, esos mismos partidarios expían las culpas políticas de su referente asegurando algo que este medio no pudo corroborar: entre los años 2011 y 2013 la mujer de los bucles aportaba porque se había convertido en diputada nacional representando a los renovadores que esa vez sí habían formado parte del frente electoral con el Justicialismo.

Casa tomada

Pero eso no fue lo único que Cristina Fiore declaró en el programa “El Diario de Durand”. Enfatizó también que el mal manejo partidario había provocado el embargo de la sede que el partido posee en calle Rivadavia 453. Confirmar tal acusación fue más sencillo. Alcanzó con ir a la Dirección General de Inmuebles, dictarle a la amable trabajadora de turno la dirección en cuestión, solicitar la Cedula Parcelaria de la misma y esperar unos minutos hasta que con ceremoniosidad propia de juez, la empleada nos entregara el documento que lo corroboraba todo: la propiedad identificada con la matricula 4.620 cuenta con dos embargos. Uno de año 2003 y el otro de 2011. Según las anotaciones presentes en el documento, el primero se levantó el 13 de julio de 2004 cuando el presidente del partido era Ricardo Gómez Diez.

El último de los embargos, no obstante sigue en pie. Se efectivizo en junio de 2011 cuando Zottos presidía la fuerza y ya había sido reelegido como vicegobernador. El motivo de tal embargo eran unos autos judiciales caratulados “Nina, Claudia Mabel vs. Partido Renovador de Salta”. Viejos dirigentes renovadores aseguran que la tal Nina era una militante que en los años 80 se inició en la Juventud Renovadora y que luego se convirtió en empleada administrativa de la fuerza partidaria que con el tiempo prescindió de sus servicios. Según la misma Cedula, la medida involucra un capital de $97.215 más $29.164 por accesorios legales.

Los renovadores anti Zottos atribuyen la malaria económica a maniobras turbias del propio presidente a lo largo de una década. Y aunque esa iracunda acusación no está acompañada de pruebas documentales, conviene advertir que la lista de aportantes partidarios ya mencionada explica en parte importante la sequía monetaria: sólo 33 afiliados realizan aportes. Una lista demasiada estrecha para un partido que hizo su bautismo electoral en el año 1983, accedió a la gobernación en el año 1991 y mantuvo una performance electoral de entre el 20% y  23% entre 1993 y el año 2007, cuando se subordinó a la hegemonía justicialista. La claudicación lo relegó a lugares residuales de poder estatal aunque siempre a cambio de puestos electivos a nivel nacional, provincial y municipal.

La conclusión se adivina: como otras estructuras partidarias, el PRS no desarrolla identidades políticas ni lealtades duraderas. Lo confirman los casos del propio Zottos que además de presidir la fuerza ostenta el cargo de senador por la misma; la propia Cristina Fiore que con mucha liviandad se fue y volvió al partido según sus intereses electorales; intendentes que proviniendo de esa fuerza fueron reelegidos (Marcelo Lara Gros de Orán por ejemplo) con otros sellos partidarios; o jefes comunales como Esteban Ivetich de Chicoana que siendo autoridad partidaria y candidato a seguir siéndolo, comparte con todos los mencionados el rasgo común de no aportar un peso a las arcas partidarias.

Se sospecha delito    

Si las actuales fuerzas políticas tradicionales tienen esa característica, no resulta menos cierto que los sellos partidarios son ineludibles en términos de competencia electoral. Por ello la disputa es encarnizada. Otra vez Zottos protagonizó una denuncia mediática. Aseguró que la lista de Fiore incluía candidatos que habían sido engañados para aceptar la candidatura mientras a otros se les había falsificado la firma. La acusación está redactada en la Resolución Nº 25 que la Junta Electoral suscribió el miércoles 22 de junio. La misma que finalmente decidió no oficializar la lista “PARES”.

En los considerandos aparecen tres acusaciones graves. Una involucra a Clemente Echigoy, precandidato de la lista en el municipio de Rivadavia Banda Sur. Según la Junta al afiliado se le falsificó la firma para inscribirlo como tal. Para corroborarlo adjuntaron un manuscrito firmado por Echigoy del 16 de junio en donde niega haber aceptado candidatura alguna. Los apoderados de PARES hicieron el descargo correspondiente: Echigoy efectivamente había renunciado a la candidatura con una nota rubricada en la comisaria de ese municipio el 21 de junio pasado. La firma en ambos casos es la misma y aunque el absurdo aún no se dirime, los seguidores de Fiore enfatizan lo obvio: nadie puede renunciar a algo que supuestamente no aceptó tal como aseguró la Junta a la hora de no oficializar la lista.

Más grave y escabroso aún, resulta lo ocurrido en Cachi. Allí los involucrados fueron los afiliados Benjamín Teseyra y Rolan Viveros. Ambos figuraban también como precandidatos de Cristina Fiore aunque la Junta en la mencionada Resolución adjuntó dos notas manuscritas del 21 de junio en donde los mencionados renuncian a la candidatura aduciendo haber sido engañados en su buena fe. “…en oportunidad de ofrecerme la candidatura [la redacción de la nota es la misma para ambos casos] y hacerme firmar la correspondiente aceptación, el Sr. Domingo Alejandro Guaymas me manifestó que era para participar de la Lista Unidad del PRS”.

Los escritos se registran como recibidos por la Junta a las 10:35 horas del miércoles 22 de junio aunque al final de ese mismo día, esos mismos hombres se presentaron a la Comisaría 61 de Cachi para realizar una exposición policial en donde expresaron lo siguiente: “Al tomar conocimiento de una nota realizada el 21 de junio del 2016 y dirigida a los Señores de la junta Electoral PRS, supuestamente firmada por mí. Expreso que jamás firme la misma, que esa firma no es mía que ha sido falsificada (…) En consecuencia ratifico la aceptación de la candidatura oportunamente firmado por la lista pares” (sic). Según el registro policial Teseyra se presentó a las 21:40 horas, mientras Viveros a las 23:39. Por entonces la Junta Electoral ya había sentenciado que era imposible continuar con el cronograma electoral.

Las copias a las que accedió Cuarto Poder cuentan con el sello oval de la comisaria y en el margen derecho las rúbricas policiales sobre el sello del comisario Mario del Milagro Rojas. Ante la presencia de rubricas distintas para el mismo sello, este medio se dirigió a la comisaría 6º de Ciudad del Milagro para consultar si ello suponía irregularidad alguna. El agente que nos atendió con pose marcial tomó los escritos, los escrutó con esos ojos inquisitivos que tienen los policías y con tono desdeñoso que parece repartirse en las graduaciones policiales, nos explicó que no había allí irregularidad alguna: la aclaración “P/A” garabateada al costado de las firmas significan “por autorizado” y facultan a los agentes actuantes a certificar las exposiciones  o denuncias ante la ausencia del comisario.

Final incierto

El entuerto sigue su curso y nadie arriesga una predicción certera sobre el final del mismo. Lo que puede asegurarse, en cambio, son al menos dos cosas. La primera de ellas es que el proceso electoral interno confirma que el PRS es objeto de deseo de algunos dirigentes aun cuando esa fuerza se asemeje a una empresa quebrada y en liquidación. Una eventual conducción de Fiore sólo supondría un proceso de reparación y pintura que ni siquiera podrá disimular que la destrucción del sistema partidario salteño ha tocado fondo.

Lo segundo es que esa misma disputa evidenció la debilidad de un Andrés Zottos que no pudo retener la vicegobernación de la provincia, acceder luego a la vicepresidencia de un senado provincial al que supuestamente comandó durante ocho años y que tampoco pudo conformar una lista capaz de disputar el partido que preside desde hace diez años. Por ello mismo Zottos lucha desesperadamente aunque mal. Busca detener el avance arrollador del peor enemigo de todo político que es el ostracismo, ese al que puede definirse como el alejamiento permanente del Poder.

lista de aportantes