Tras las PASO, en las que se definieron los candidatos de cada sector, no está mal evaluar cuál es el desempeño de los tres legisladores que dejarán sus bancas en el Congreso.

Lucas Sorrentino

La última vez que se debatió sobre el desempeño de nuestros diputados nacionales fue cuando Juan Emilio Ameri protagonizó una escena sexual en medio de la sesión virtual y, presionado, tuvo que renunciar. Muchos sintieron vergüenza ajena en ese momento y eso que una gran mayoría de salteños ni siquiera sabía que Ameri era legislador. Las elecciones del domingo establecieron nuevos candidatos de los distintos sectores, para ocupar las tres bancas que quedarán libres a partir del 10 de diciembre.

Entonces, no parece una mala oportunidad para evaluar qué tan bien representaron a los salteños Martín Grande, Andrés Zottos y Alcira Figueroa.

La nueva

Alcira Figueroa llegó al Congreso en reemplazo de Ameri. Al asumir en octubre de 2020, juró por «los 30.000 compañeros detenidos y desaparecidos, por su hermanito y por toda la niñez muerta por desnutrición, por las mujeres y las disidencias, por los campesinos criollos e indígenas y por la madre tierra».

En lo que va de 2021 presentó 26 proyectos como «firmante». Ha sido, por lejos, la mayor trabajadora de los tres legisladores que esta nota pone bajo la lupa.
Muchos de los proyectos están en consonancia con la jura. Expresó, por ejemplo, repudio contra las agresiones sufridas por David Arnaldo Leiva, abogado de organismos de Derechos Humanos.

En un proyecto de Ley pidió que se estableciera la capacitación obligatoria en temática de Pueblos Originarios y Derecho Indígena para todas las personas que ejercen la función pública.

Asimismo, pidió un presupuesto mínimo de protección ambiental para incendios forestales y rurales. En otro proyecto expresó su preocupación por el accionar policial y judicial para desafectar la posesión de tierras a pueblos originarios en la provincia de Salta.
También presentó un proyecto para repudiar las amenazas e insultos racistas de la funcionaria provincial María José Hansen contra los docentes autoconvocados.
En otra oportunidad expresó su preocupación por la falta de oficialización del comité de Prevención Contra la Tortura en Salta.

Incluso impulsó la creación del reconocimiento público Macacha Güemes para cinco mujeres de la provincia.

Además de un trabajo, que se podría calificar de «arduo», ha sido coherente con ese juramento. El mayor reproche que se le puede hacer es que muchos de esos proyectos no prosperaron.


Uno que se tomó vacaciones antes de tiempo

Andréz Zottos presentó solo siete proyectos en lo que va del año. El exvicegobernador de Juan Manuel Urtubey parece haber tirado la toalla antes de tiempo o no tener muchas ganas de trabajar.

Uno de los proyectos es para declarar de interés una muestra en homenaje a Güemes. Un proyecto importante, es el de suspender hasta diciembre las ejecuciones hipotecarias y prendarias

Después refritó proyectos que le habrían hecho bien a Salta, como la creación del programa Intercosecha o un programa de becas y préstamos para estudiantes y profesionales de Medicina.

Pero presentar, solamente, un proyecto cada 40 días es poco. Sobre todo si se tiene en cuenta que un diputado nacional e argentina gana $238.829 (2.511 dólares) y que los diputados nacionales perciben 9,3 veces más que lo mínimo que cobra un trabajador registrado en nuestro país.

La verdad de la milanesa

El conductor radial y diputado nacional del PRO, Martín Grande, todos los años aparecía al final de la tabla de productividad. Pocos proyectos y, para colmo, casi ni hablaba en el Congreso: iba a calentar su banca (y a veces ni eso: le daba fiaca viajar a Buenos Aires para votar a favor o en contra y entonces ni aparecía).

Algunos quizá pensaron que en su último año iba a redimirse, más que nada para intentar una reelección. Pero no.

En 9 meses Grande presentó 4 proyectos como firmante. Tres son pedidos de informes y otro una donde expresa su beneplácito sobre algo intrascendente.

Cuando nadie pensaba que podría caer más bajo, él lo hizo: es el peor año de Grande como legislador. En 2020 intentó fannyceballearla (verbo que acabamos de instituir en honor a una exdiputada provincial que presentaba proyectos absurdos, como honrar a Mickey Mouse porque se cumplía x año de su creación. La legisladora siempre aparecía como la más activa, pero detrás del número de proyectos se escondía la nada misma). Grande debe haber dicho: la fannyceballeo y chau, no me van a decir que no trabajo.

Así, en 2020 Grande presentó un proyecto para «expresar beneplácito» por la realización de la jornada sobre la hoja de coca y el coqueo». También se convirtió en un repudiador serial de todo lo que oliera a kirchnerista o de izquierda, en cualquier parte del país o del continente.

En este sentido, respaldó a la película «Será venganza», que constituye una campaña militante en defensa de los genocidas de la última dictadura cívico-militar y cuestiona el papel ejemplar de los organismos de derechos humanos por Memoria, Verdad y Justicia sumado al de los Juicios desarrollados en Argentina para tal fin.

Pero este 2021 ni eso. Ni siquiera una puesta en escena mediocre. Es increíble que el mismo Grande haya salido con los tapones de punta contra los docentes por exigir mejores sueldos. Incluso el diputado macrista fue de los que apoyó la idea de que se les descuente los días no trabajados a los manifestantes.

Claro que él jamás resignó un peso de los días (o los meses) no trabajados.