N. de R.

Disimulados tras el “Pacto de Güemes”, varios largaron campaña para el 2025. La candidatura a senador nacional comenzó a desvelar a pesados personajes de la política local. Juan Romero, Juan Urtubey, Sergio Leavy, Esteban Amat Lacroix y Pablo Outes ya se anotaron en una carrera que será gobernada por los sectores políticos nacionales. Algunos de ellos quieren subir al trampolín de la gobernación, aunque implique la traición.
El “Pacto de Güemes”, que se firmará el 17 de Junio próximo, sirvió de excusa al saencismo para sondear apoyos internos y externos para el 2025. Todos los actores de la política local
saben que se juegan más cosas que bancas legislativas y que, en todo caso, lo que está en disputa es el poder mismo proyectado para un tercer mandato.
Ninguno de los actores políticos relevantes se ha mostrado preocupado por los chismes que intencionadamente hacen circular los más cercanos al Gobernador: aspiran a 12 años en el
poder y para ellos la bisagra es la elección legislativa del año que viene. Es que los cambios profundos que introdujo Javier Milei a su gestión generan incertidumbre para todos, pero
también los obliga a esperar y no aplaudir ni repudiar planes que los pueden incluir.
Quienes están a cargo de poderes ejecutivos saben que en este tiempo pagarán altísimos costos, pertenezcan o no al colectivo libertario. La pobreza expandida repercute en la vida
cotidiana y ya no distingue el pobre banderías políticas a la hora de quejarse o pedir auxilio. Pero al primero al que le piden soluciones es al intendente o al gobernador.
La foto de Sáenz, Urtubey y Romero aquieta los ánimos de Grand Bourg porque implican, al menos, la posibilidad de acuerdos electorales. Pero las miradas entre ellos son oblicuas, las
opiniones contradictorias y las sospechas están expandidas, aunque se muestren cercanos.

La recidiva
El urtubeysmo siente alguna comodidad con parte de su tropa contenida con fondos estatales y apuesta a la resurrección de su líder que dio un paso en falso antes del ballotage que produjo el ocaso de Sergio Massa. Ocupar un lugar en el senado equivale a inyectar hemoglobina imprescindible.
En el medio de los lerdos Urtubey dio muestras de que puede aparecer en lugares recónditos concentrando apoyos, y lo hizo en dos escenarios totalmente distintos. Hizo de
presentador del libro de Francisco Durañona en Salta, donde también estuvieron el inefable Carlos Parodi, Pablo Kosiner, Manuel Godoy, Marcelo López Arias, Edith Cruz y otros que
sueñan con volver.
En El Quebrachal se llegó al cumpleaños de la diputada Marcela Leguina y convenció a los hermanos García, cada vez más distanciados del poder saencista, pero deseosos de seguir
jugando. La expansión de la adhesión a otros intendentes de Anta, que siempre se conducen en manada, no parece solo una especulación.

Los dilemas del romerato
Con el romerato la relación del saencismo transita siempre por altibajos y está poblada de quejas, puñaladas y extorsiones. En Lesser no resignan la re-reelección del veterano líder
Juan Romero, que con particular cintura sobrevivió a los azotes del Presidente cuando se incrementaron las dietas en una sesión bochornosa que lo tuvo como informante del asalto. Esta semana fue reivindicado por el flamante Jefe de Gabinete Guillermo Francos, que con su ayuda logró dictamen para tratar una devaluada Ley de Bases. Morir en el senado es, por ahora, la consigna innegociable.
Sin embargo, Juan Romero no la tiene fácil. Diseña alternativas que siempre encuentran problemas hereditarios. Juan Esteban y Bettina, no pueden suceder al jefe del clan por ineptitud o falta de carisma. El veterano senador está obligado a asociarse con Olmedo, Zapata, Estrada, Biella y los intendentes que hoy quieren saltar del barco oficialista pero todos los proyectos están condicionados a lo que diga Karina Milei, la armadora de los libertarios.
Integrarse a los puristas de LLA requiere de operaciones políticas conjuntas del romerato con Miguel Pichetto, y exige que el Peronismo Republicano, como el PRO y la UCR integren
una única alianza en Salta. Una segunda opción es la fractura en Salta de LLA con los macristas y radicales ortodoxos. En ese caso se presentarán demasiadas listas en competencia abierta, encabezadas todas por dirigentes históricos gravemente dañados en su imagen pública según las encuestas.

Lo que queda del kirchnerismo
Aunque muchos quieren ver muerta a la grieta, ésta se retroalimenta. El grosero ajuste de Milei mantiene vivo a un kirchnerismo que mantiene un porcentaje duro que podría permitirle renovar alguna banca del senado nacional. De superar distancias, el PJ, el PV y los partidos K duros, podrían coincidir para sobrevivir.
Sergio Leavy quiere el espacio que Emiliano Estrada pretende disputar. Sin embargo, en el pasado quedó el vínculo del diputado despotricador con Wado de Pedro y La Cámpora. Más
aún después de la derrota de 2023 frente a Sáenz, donde se alineó con los ahora libertarios Zapata y Olmedo.
La presencia de Durañona con Urtubey huele al Cuervo Larroque. Los ultras del kirchnerismo deberían prestar más atención a los pasos de Juan Urtubey, que parece arrimarse sin pudor a una sociedad que lo conduzca a obtener una banca por la minoría. No implicaría demasiado esfuerzo superar a Outes o Amat si le permiten competir.

Soja y adoquines
Alfredo Olmedo regaló su partido a La Libertad Avanza (LLA). El gesto no es gratuito. El sojero, tras los escándalos que lo eyectaron de la presidencia del Parlasur, quiere ser senador nacional y tiene gruesas facturas en la mano, en más número que su competidor Juan Romero. El alineamiento incondicional y convencido de Emilia Orozco y Carlos Zapata lo hace predecible para los libertarios y podría contar con la venia en 2025 para reemplazar a Juan Romero, que hasta aquí parece haber oficiado de padrino político y garante del gran negocio que ha sido Salta Forestal hasta la fecha.
Saencistas que se consideran puros reivindican derechos a la banca senatorial nacional porque hasta ahora Sergio Leavy, Nora Gimenez y Juan Romero no les responden ni en lo
mínimo. En lo que se advierte como una fisura preocupante, el diputado nacional Pablo Outes concentra apoyos en los alcaldes y estuvo el jueves en el Foro de Intendentes acompañando al gobernador. Pero ayer apareció más explícita la decisión del Presidente de la Cámara de Diputados Esteban Amat para sumarse a la disputa por el escaño del senado nacional, con el apoyo de una veintena de diputados provinciales que lo aplaudieron en la casa de “Puchito” Jorge. Para ellos, un nuevo “Pacto de los Cerrillos” precede al “Pacto de Güemes”, y eso ya tiene apariencia de una división mayor dentro del oficialismo.
Lo que está claro es que los saencistas que son peronistas, o dicen que lo son, no apoyarían ni serán aceptados en listas de candidatos encabezadas por libertarios, PRO o radicales de derecha. Además, no concentran ninguna esperanza en que las huestes de Milei abran el juego a postulantes de dudosa lealtad cuando saben que poblar el Congreso Nacional con fieles liberales es una de las tareas más importantes que le ha encomendado “El León”. Los candidatos de LLA serán de paladar negro y con profesión de fe acreditada.

Apuesta perdedora?
Urtubey, Outes y Amat parecen apostar a perdedor, pues ya muestran que se conforman con el apoyo de la casta más pura y, encima, permiten que Urtubey vaya robándoles dirigentes que nunca fueron plenamente de ellos. No tienen expectativas de cautivar a una gran mayoría reniega de las recetas que desde la política les propusieron en estas cuatro últimas décadas.
Por si esto fuera poco, el León Milei ya anticipó que desempolvará el proyecto para derogar las elecciones PASO, lo que obligaría a reducir la dispersión de candidaturas y avanzar con
arreglos que pueden ser dolorosos. Olmedo y Romero deberán dirimir en una mesa sus apetencias. El primero lleva las de perder, aunque el veterano senador podría negociar su
jubilación con un segundo lugar en lista única para su hija Bettina, que según una última encuesta goza de un 70% de imagen negativa.
Outes y Amat deberán hacer lo mismo, pero antes ya aparecieron las travesuras. Los dos dicen que Gustavo Sáenz será su suplente para traccionar las listas, y ventilan que en realidad su líder y conductor quiere un plan B -la senaduría nacional- en caso de que se frustre la re reelección. Por supuesto, ninguno podría armar una lista sin cumplir con dos requisitos: Contar con la voluntad del Gobernador y garantizar una banca para Pamela Caletti.
Lo que nadie puede negar es que dentro y fuera del saencismo hay dirigentes que, con excusas diversas, se proponen en 2027 para la gobernación. En el oficialismo saben que la
justicia podría truncar el sueño del tercer mandato y que, en ese caso, sería necesario designar un sucesor. Pablo Outes y Esteban Amat confían en que pueden ser bendecidos puertas adentro del oficialismo. Emiliano Durand espera tranquilo el momento en que pueda jugar la carta más importante para este convite, que son las mediciones que lo siguen ubicando con imagen positiva en el principal distrito provincial.

Agua y aceite electoral
Otra de las decisiones que maduran en el Grand Bourg es el desdoblamiento de las elecciones y el adelanto en Salta para abril o mayo de 2025. Todos los caminos conducen a una confrontación con el Gobierno Nacional, provocado por la paralización de más de 2000 obras, retaceo de recursos y merma de subsidios en las tarifas de servicios públicos. Pero lo que está claro es que Milei y el apoyo popular que lo sostiene son demasiado grandes para enfrentarlos en una elección unificada.
La candidatura que concentrará la atención de todos es la senaduría capitalina, tan devaluada para el saencismo que no quiere cubrirla con Gustavo Carrizo y lo sostiene en el IPV.
Guillermo Kripper y Juan José Esteban son dos de los nombres que figuran en la libreta del saencismo para competir con Emilia Orozco. La diputada nacional goza en las redes sociales hablan de una adhesión que preocupa a los gurúes del Grand Bourg y del Centro Cívico Municipal que habita Emiliano Durand.

Otro que parece tener asegurado un destino es Ricardo Villada, casi extinto Ministro de Gobierno que habría solicitado -o lo obligarían a aceptar- una candidatura a diputado provincial para ayudar en el proyecto de vencer a los libertarios. Por lo pronto, este funcionario aparece hoy como una persona clave en las relaciones con el romerato y sus medios periodísticos. Él promete poner orden en la Casa de los Leones, lo que implica destituir a Esteban Amat.
Más temprano que tarde aparecen deseos que disfrazan necesidades. Nadie quiere morir en términos políticos y todos saben que la única manera de sobrevivir es acomodando el
cuerpo al lado del ganador, pero no tienen idea de quién será y se les va apagando la fe. Encima, comenzaron a aparecer los jefes del pasado Romero y Urtubey pidiéndoles favores.
Quién podrá resistirse sin llegar a la traición?