El Concejo Deliberante capitalino tratará en la sesión de mañana un proyecto para que se revean los permisos municipales de la empresa que les hace la vida imposible, a los vecinos de Leguizamón al 1.400
A instancias del concejal Raúl Córdoba tendrá tratamiento mañana miércoles, el Proyecto de Resolución que solicita al DEM, a través de la secretaría de Ambiente y Servicios Públicos, revea el Certificado de Aptitud Ambiental Municipal (CAAM) de la empresa ACERLOT.
El pedido se realiza con el objeto de dar respuestas a requerimientos realizados por vecinos de calle Leguizamón al 1400.
Desde 2014 a la fecha, desde Semanario Cuarto Poder dedicamos espacio a la inquietud de los vecinos de la empresa que provoca ruidos molestos, contamina y daña veredas y viviendas.
Algunos viven en diferentes casas y departamentos de la cuadra. Otros, a la vuelta, sobre Almirante Brown. Se quejan porque deben soportar entre ellos los inconvenientes que les provoca el corralón Acerlot ocupando casi la mitad de la cuadra con sus dos galpones y el local de atención al público.
A pesar de los reclamos formales realizados mediante notas presentadas en distintas oficinas municipales, nunca pudieron lograr que se ordene el traslado. Explican que lo necesitan por los ruidos insoportables que se suceden a cualquier hora del día y la noche. Comentan que los camiones que llegan a diario al corralón cortan el tránsito durante varios minutos sin ningún pudor. Además, denuncian basura producida por la empresa, veredas rotas, olor fuerte a gasoil y falta de control.
Otra de las vecinas muestra un papel. Es una receta y tiene su nombre. Asegura que debe tomar tranquilizantes debido a las alteraciones provocadas por los ruidos y golpes de la empresa.
Los vecinos, en algunos casos, son personas que viven en la zona hace más de veinte años. Cuentan que en todo ese tiempo apelaron a políticos y organismos sin lograr nada exitoso. Aclaran que no están en contra del trabajo, sino que consideran que el corralón no debiera estar en la zona porque provoca contaminación acústica, suciedad y daños materiales. “Toda la noche hay ruidos y golpes”, dice una mujer. “Nuestra salud está deteriorada aspirando el polvo del hierro”, agrega.
Al igual que los vecinos de la Compañía Industrial Cervecera, se preguntan por qué no pueden trasladar la empresa a la zona sur o al Parque Industrial. Cuentan que los propios camioneros que llegan hasta los galpones les preguntan cómo pueden soportar la situación.