Música metal, vino en caja, descontrol y mordeduras. Luego de una larga jornada una reyerta entre un grupo de metaleros terminó con una oreja cercenada a tarascones.

Se pasaron de rosca los muchachos. Como quien dice, se desconocieron y la mala macha les jugó una mala pasada.

Según uno de los testigos todo comenzó a la salida de un recital de la banda “Escroto de Judas”, ahí fue cuando “a uno de lo vago le pinta continuar la caravana entonce enfilamo pa’ zona sur, compramo má escabio y hasta ahí estaba todo piola”.

7 vinos en caja para los 4 amigos fueron suficientes para que iniciaran con las clásicas “cargadas”, sólo que en aquella madrugada el exceso de bebidas alcohólicas fue un factor determinante.

Resulta que dos de los implicados en la pelea eran primos, y el tercero un amigo que mantenía una relación de tintes amatorios con la hermana de uno de los antes indicados. El resto nuestros lectores pueden imaginarlo. Ante un chiste de mal gusto en referencia a las cualidades vaginales de la señorita en cuestión (que por respeto no reproduciremos) se largó el primer “tortazo”. El resto fue una pelea de perros.

Sillas por los aires, envases de cerveza arrojados, y el peor desenlace: el amante de la hermana al verse superado en número atacó a mordiscones arrancándole la oreja a uno de sus agresores.

“Estaban tan en pedo lo vago que ni cuenta se han dao. Al otro día recién por la tarde hemo ido a la salita”, comentó a El Polichombi el cuarto participante de la noche quien además aseguró que no encontraron la oreja. No se presentaron denuncias al respecto. Nuevamente, una muestra de la hermandad metalera.