La gestión saliente de la intendenta Bettina Romero intentó llevar a cabo una controvertida designación en el Tribunal de Cuentas, generando un revuelo en el Concejo Deliberante de Salta. El pliego que proponía a Daniel Amador, tío de la intendenta y exsecretario de Hacienda, como vocal del órgano de control municipal fue finalmente enviado al archivo.

Este intento de nombramiento fue duramente criticado tanto por la oposición como por sectores gremiales, destacando la falta de imparcialidad que Amador podría tener al ocupar un cargo en el que debería evaluar la misma gestión de la que formó parte. La polémica se intensificó debido al rol que desempeñó en la administración de partidas municipales y su relación familiar con la intendenta.

Ante la dificultad de avalar la designación de Amador, un nuevo nombre surgió para ocupar la vacante en el Tribunal: Federico Ríos, quien supo desempeñarse como Coordinador de Relaciones Internacionales del Gobierno de Salta y también fue apoderado judicial de la Municipalidad.

La Comisión de Legislación General del Concejo Deliberante decidió archivar el polémico pliego, desestimando la controvertida designación de un funcionario vinculado estrechamente a la intendenta saliente. Este episodio dejó de nuevo bajo la lupa el intento de persistir en prácticas que han caracterizado la gestión saliente que no escuchó el mensaje de las urnas, que votó a favor de la integridad y la imparcialidad en instituciones cruciales para el control y por supuesto, la transparencia gubernamental.