Con esta operación, los principales accionistas pasaron a controlar el 80% del capital del mayor conglomerado de medios de la Argentina. El resto cotiza en los mercados.
El multimillonario norteamericano Ralph Booth vendió las acciones que controlaba en el Grupo Clarín a los principales accionistas del mayor multimedios argentino. La operación se concretó la semana pasada e involucra un precio un poco mayor a los u$s 219 millones por el 74% del capital social de GS Unidos LLC, propiedad del ejecutivo norteamericano y que indirectamente tenía control sobre el 9% del capital accionario de Clarín.
Otro 71% del holding se reparte entre los accionistas principales (Ernestina H. de Noble; Héctor H. Magnetto; Jose Antonio Aranda y Lucio Rafael Pagliaro a través de GC Dominio), y el 19% restante cotiza en la bolsa. Precisamente, GC Dominio es la sociedad que cerró la compra de las tenencias de Booth, por lo cual pasa a tener el 80% del Grupo Clarín. La transacción se canalizó a través de Blue Media Investments Inc, firma controlada, directa e indirectamente, por The 1999 Ernestina Laura Herrera de Noble New York Trust; HHM Media New York Trust; The LRP New York Trust y José Antonio Aranda.
Fue informada por Clarín a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires a principìos de la semana pasada e implica la salida de Ralph Booth del multimedios. Este inversor norteamericano formaba parte del accionariado de Clarín a través de varios de sus fondos de inversión. Es más, tenía en su poder parte de la participación de Goldman Sachs en el grupo dueño, entre otras empresas, de Cablevisión y el diario Clarín. Y a mediados de 2012 le adquirió las acciones restantes al banco de inversión, también norteamericano. Una transacción que se cerró en u$s 75 millones en ese momento.
Ahora, casi cinco años después, Clarín le paga a Booth u$s 144 millones más por lo que el ejecutivo extranjero había abonado en su momento para incrementar su participación como socio del holding local. Eran tiempos de la batalla judicial por la Ley de Medios que se había aprobado en el Congreso en octubre de 2009 y que obligaba a Clarín a dividirse en varios grupos independientes.
Es más, Booth ingresó con el emblemático 7D (7 de diciembre de 2012) a la vista, fecha que el kirchnerismo había establecido como el fin del Grupo Clarín, como mayor multimedios de la Argentina. Esto finalmente no ocurrió debido a las innumerables presentaciones legales hechas por el grupo que preside José Aranda, hasta 2015, y por la llegada de Cambiemos al Gobierno, después de esa fecha.
Con dicho escenario, Booth reemplazaba a Goldman Sachs como accionista minoritario de Clarín, después de 13 años de permanencia de ese banco de inversión en el accionariado del grupo local. En la operación de 2012 estuvieron involucradas 22 millones de acciones clase C por un precio equivalente a u$s 6,80 por cada título. Estas acciones se encuentran bajo la forma de GDS (Global Depositary Securities), instrumento que otorga liquidez internacional a las acciones de firmas de países extranjeros. Clarín las posee desde 2007, cuando colocó en las bolsas de Londres y Buenos Aires el 20% de su capital.
Por aquellos tiempos se lo sindicó como posible interesado en quedarse con Cablevisión, mediante la compra de las acciones de Fintech, fondo inversor del empresario David Martinez que actualmente controla el 40% del capital. Booth es un inversor y multimillonario norteamericano con una fortuna que llega a los u$s 5000 millones. Junto a su fondo, Fontinalis Partners, LLC desembarcó en el capital del holding de medios asociado a Goldman en 1999, en una operación concretada por u$s 500 millones en lo que fue una de las mayores inversiones individuales que Goldman Sachs llevó a cabo.
Fuente: cronista.com