El periodista Fernando González publicó ayer en el diario Clarín una columna que habló de las chances, los límites y los desafíos de Urtubey para la presidencia.
Luego de bucear por la historia del peronismo y la inclinación de ese movimiento a las alianzas más audaces y contradictorias, el periodista de Clarín aseguro que la enorme repercusión mediática de la boda lo hizo aparecer a Urtubey en el radar de muchos argentinos que no tenían idea de su existencia.
Sin embargo la nota recuerda que el gobernador salteño no constituye una novedad para el llamado círculo rojo tras tres mandatos en la provincia. “Urtubey tampoco es un desconocido para los empresarios. Su hermano, José Urtubey, es presidente de Celulosa Argentina y uno de los directivos más escuchados de la Unión Industrial Argentina”, señala el escrito que precisó también la presencia de macristas de la primera hora como Gabriela Michetti, Federico Pinedo, Emilio Monzó y Rogelio Frigerio; peronistas que coquetean con la idea de la renovación como los gobernadores de Tucumán, Juan Manzur, y de Misiones, Hugo Pasalacqua, de San Juan, Sergio Uñac y de La Rioja, Sergio Casas y legisladores del PJ que mantienen una distancia prudente del kirchnerismo como la senadora María Laura Leguizamón o el activo diputado Diego Bossio.
También se mencionó a quienes se calificó como fronterizos entre el PRO y el peronismo como el ministro bonaerense, Joaquín De la Torre, y gobernadores no peronistas como el radical de Jujuy, Gerardo Morales, y el socialista de Santa Fe, Miguel Lisfchitz. Los grandes millonarios del país también tuvieron su lugar en el casamiento y en la nota periodística que resaltó la presencia del banquero Jorge Brito y el petrolero Alejandro Bulgheroni.
Sobre el perfil político del gobernador salteño, se dice que “camina naturalmente de la embajada de Estados Unidos a las exposiciones en el Foro de Inversiones macrista o el Coloquio Empresario de Idea (…) No le esquiva el bulto a los medios y los productores de Todo Noticias o Intratables saben que pueden contar con Urtubey cada vez que lo llamen. Mandatario de una provincia profundamente católica, los cortocircuitos con el Papa Francisco que sufren el presidente Mauricio Macri o su amigo Sergio Massa están lejos de preocuparlo. El poncho rojo de Guemes le ha granjeado las simpatías de El Vaticano que a otros tanto se le niegan”, agrega el escrito que asegura que el salteño es observado desde el año 2011 por el establishment.
Finalmente la columna cierra de la siguiente manera: “Quizás la materia pendiente para Urtubey sea enfrentar a Cristina sin intermediarios. Un desafío que todavía no asume ninguno de los dirigentes que mantienen los pies adentro del movimiento. Es que el peronismo sufre un síndrome de Estocolmo y a sus integrantes les cuesta horrores ponerse en la vereda de enfrente de la ex presidenta, que aún en su presente judicial insostenible sabe perfectamente como atemorizarlos y tenerlos políticamente a raya. Varios de esos dirigentes que siguen dudando sobre el mejor momento para enfrentarla, evaluaban azorados esta semana un focus group realizado por una encuestadora liderada por una mujer. Allí, los ciudadanos consultados (seleccionados entre simpatizantes kirchneristas), afirmaban sin dudar ni ruborizarse que los bolsos de José López o los dólares de los hijos de Lázaro Báez habían sido introducidos por Clarín en el convento de General Rodríguez y en las oficinas discretas de Puerto Madero. “No se convencen ni con la guita enfrente de los ojos”, decía uno de los peronistas que fue al casamiento de Urtubey, algo avergonzado por cuánto les cuesta dejar atrás el embrujo de los doce años bajo la suela del sur”.