La Guía Rec se presentará hoy en Salta. El proyecto del Ministerio de Cultura de la Nación tiene como objetivo contribuir a la profesionalización de los diversos protagonistas de la comunidad musical de nuestro país. (Federico Anzardi)
Hoy a las 19 horas se presentará en Salta la Guía Rec. El evento será en la Sala Mecano de Casa de la Cultura (Caseros 460) y estará dirigido a músicos, gestores, periodistas y otros miembros de la comunidad musical.
La Guía Rec es un libro que recopila distintos textos que orientan a todos los miembros de las escenas musicales emergentes del país para poder planear un proyecto, llevarlo adelante e intentar consolidarlo. A lo largo de doce capítulos se detallan todos los puntos que la música profesional exige.
“Esta publicación forma parte de las numerosas acciones que lleva adelante la Dirección Nacional de Industrias Culturales para favorecer espacios de intercambio, capacitación y fortalecimiento productivo del sector, entre las que se destacan el Mercado de Industrias Culturales Argentinas (MICA) y sus Pre MICA regionales”, explicó Teresa Parodi, Ministra de Cultura de la Nación. Por su parte, la Directora Nacional de Industrias Culturales, Natalia Calcagno, aseguró que el libro “busca presentar y a la vez sistematizar una serie de contenidos y saberes técnicos escritos por profesionales de reconocida trayectoria que servirán de herramientas tanto para músicos como gestores y emprendedores del sector. Además, se articula como un espacio de análisis y discusión sobre la profesionalización de músicos y emprendedores de proyectos musicales”.
La Guía Rec fue escrita por distintos especialistas, encargados de cada capítulo. La coordinación general y dirección editorial estuvieron a cargo de Martín Mena y Bruno Maccari. El trabajo se puede descargar gratuitamente desde la web guiarec.cultura.gob.ar.
Una ayuda completa
Según sus propios autores, la Guía busca “contribuir a la profesionalización no sólo de los músicos, creadores, grupos y colectivos del mapa musical de nuestro país, sino también al amplio arco de profesionales, colaboradores, técnicos y gestores que forman parte vital de ese ecosistema desde un lugar de desarrollo, complementariedad y responsabilidad compartida”. Además, consideran que los objetivos son: aportar al fortalecimiento de una política pública orientada al desarrollo profesional y sostenible del sector de la música a nivel nacional; contribuir con la formación, el desarrollo profesional y la especialización técnica requerida por los músicos y gestores de la comunidad musical de todo el país; compartir un conjunto de saberes, conceptos, experiencias y claves para el desarrollo profesional, la eficiencia y la sustentabilidad del sector a futuro; contribuir a que los protagonistas de la actividad musical puedan comprender y asumir la responsabilidad profesional, ideológica y social que conlleva su trabajo, su rol cultural y comunitario, y sus decisiones a la hora de gestionar proyectos.
Los capítulos
En “Estrategias y herramientas de gestión”, los gestores culturales Graciana Maro, Bruno Maccari y Pablo Montiel aseguran: “Las herramientas de gestión nos permiten concretar nuestras ideas en términos operativos, y para eso deben alinearse y ser coherentes con esa configuración inicial, que debe ser clara, consciente y meditada. Si conocemos los porqués, las herramientas van a ganar en efectividad. Esa precisión y esas decisiones iniciales se vuelven necesarias para sostener nuestra vocación y para planificar nuestro desarrollo profesional de un modo sustentable y sostenido en el tiempo”.
El capítulo “Gestión de sellos independientes”, realizado por el productor discográfico Diego Zapico, asegura que junto a los objetivos de producir y editar, “la función social y cultural que los sellos discográficos pequeños o medianos pueden asumir no resulta un hecho menor. Es una capacidad que pueden ocupar tanto los sellos caracterizados como PyMEs culturales, como aquellos modelos vinculados al asociativismo, a la economía social o a los llamados ‘sellos de gestión colectiva’”.
El equipo del programa Recalculando se encargó del capítulo “Sellos de gestión colectiva”. Allí se lee: “Cuando hablamos de ‘escenas’, nos referimos a un conjunto de factores que permiten posicionar nuestros proyectos artísticos en un marco que los contiene, junto a otros proyectos con los que comparten una determinada zona geográfica, estéticas, estilos musicales (o no), proyectos comunicacionales, entre otros aspectos en común. Las escenas surgen, en general, a partir del momento en que diversos proyectos artísticos logran construir e instalar un relato sobre su identidad. El desarrollo de las escenas está muy ligado a los valores y a la identidad, ya que su discurso les permite sintetizar y comunicar las características particulares de lo que sucede en un determinado territorio (tengamos en cuenta que puede haber más de una escena por ciudad o región)”.
Nicolás Madoery, gestor, productor y músico, firma el capítulo “Nociones y herramientas de marketing digital”, en el que se profundizan las maneras de comunicación a través de las distintas plataformas virtuales que existen en la actualidad. “¿Cómo hacer para que mayores audiencias asistan a nuestros shows? ¿Cómo conseguir que más personas descarguen o compren nuestra música? ¿Cómo lograr que nuestros contenidos se expandan y viralicen en la web?”, se pregunta.
Si bien no discrimina géneros ni geografías, la Guía Rec está claramente realizada y orientada por un sector cultural ligado al rock independiente con fuerte presencia en la Ciudad de Buenos Aires, La Plata, Rosario y Córdoba. De alguna manera, es una forma de legitimar no sólo una realidad cada vez más palpable, la de la industria alejada de los nuevos sonidos, sino a una escena musical que podría catalogarse como el verdadero rock argentino del siglo XXI.
En “Derechos de autor y propiedad intelectual”, el abogado Guillermo Navarro aborda de un modo amplio y accesible la temática de los derechos de propiedad intelectual, con el objetivo de contribuir a que los diversos actores de la actividad musical -especialmente autores, compositores y productores- puedan comprender los alcances y modalidades posibles para la protección de sus derechos.
El músico Leonardo Martinelli lleva a cabo “Producción musical en estudios no profesionales”. Allí se explaya en las condiciones para poder registrar obras musicales de la mejor manera a pesar de no contar con el equipamiento de las grandes empresas. “El acento estará puesto en las estrategias y métodos de trabajo de mediano o bajo presupuesto, con el objetivo de brindar un escenario de recursos básicos y caminos alternativos para lograr resultados óptimos a la hora de plasmar la obra musical”, explica.
Marcelo Monte es técnico en sonido y es quien escribe el capítulo “Producción técnica en vivo”. Asegura: “Los errores más comunes de la producción técnica no suelen surgir de la ignorancia sino de la desidia. Durante un show podemos sobreponernos a la desinformación o a la falta de conocimiento, pero es mucho más difícil sobreponernos a la falta de compromiso. El ‘éxito’, técnicamente hablando, no sólo depende de nosotros, e iniciar un camino profesional en el mundo de la música implica responsabilidades y tareas colectivas. En ese reparto de roles, podemos hacer mucho para incrementar nuestras posibilidades de éxito o, al menos, trabajar de un modo más profesional y responsable”.
Nicolás Wainszelbaum, sociólogo, asegura en “Festivales y circuitos musicales”, que “hemos asistido en los últimos años, tanto a nivel nacional como regional, a una expansión inédita de los festivales de música en particular y de los eventos musicales en vivo en general. Se trata de una multiplicación que, aun con algunos antecedentes históricos, no había alcanzado los actuales niveles de diversidad, especialización e impacto”.
“Ferias y mercados musicales” es el capítulo realizado por Débora Staiff, quien considera que esta “es una de las instancias que requiere mayores esfuerzos, el desarrollo de capacidades adicionales y la toma de conciencia respecto de los propios límites y posibilidades”.
El periodista Mariano del Águila desarrolla “Las formas de la música hoy”. Lo presenta diciendo: “Hoy nos resulta habitual hablar de playlists, mixtapes, compilados, festivales, curadores y demás conceptos que parecen haber llegado para quedarse. Más allá de estos usos y costumbres, qué significan concretamente y, sobre todo, cómo podemos aprovechar estas nuevas formas de circulación para promocionar, difundir y posicionar nuestro proyecto musical”.
Fer Isella, músico y productor, considera, en el capítulo “El ecosistema de la industria musical”, que a las expresiones artísticas cuesta darles una forma profesional y encontrar los medios para poder transformarlas “en un oficio sustentable, profesional y con futuro”.
Finalmente, en “Comunicación y prensa para proyectos musicales”, Carlos Sidoni asegura que “en una época en que conviven las concepciones tradicionales sobre los medios con las nuevas formas de vinculación, la gestión de la comunicación para la música es cada día más compleja, diversa y desafiante”, por lo que se debe trabajar “conceptos, herramientas y claves para asumir en forma profesional el plan de comunicación y prensa” de un proyecto musical.