ATRE, la Agrupación de Trabajadores Rurales y Estibadores de Salta logró la normalización pese a las trabas burocráticas impuestas por la patronal en los últimos meses. Ahora buscarán afiliar a la mayor cantidad de personas, intentando sumar poder y derechos para un sector históricamente postergado. F.A.

“Queremos que la gente se dé cuenta de los problemas que tienen los trabajadores del agro. Queremos que el gobernador, los diputados y senadores provinciales y nacionales se den cuenta de que hay un sindicato formado desde el año 1992. Los trabajadores del agro están peor que antes. Yo no puedo creer el trato del patrón a los trabajadores”, aseguraba en agosto pasado Miguel Nievas, asesor de la Agrupación de Trabajadores Rurales y Estibadores de Salta (ATRES), un viejo/nuevo sindicato que acaba de normalizarse y busca representar a la mayoría de los salteños que trabajan en el sector.

ATRES acaba de comenzar a funcionar con todas las de la ley, después de demoras burocráticas que intentó instalar el sector patronal. Lo cierto es que con la nueva ley de trabajadores del agro, sancionada en 2012 por el gobierno de Cristina Kirchner, hay libertad sindical y la posibilidad de una representación real que no juegue para los empresarios.

En agosto del año pasado, Cuarto Poder publicaba el artículo “El Valle de Lerma rebelde”, donde se informaba que alrededor de 600 trabajadores rurales de la zona de Rosario de Lerma se nuclearon en ATRES y pensaban elevar sus reclamos hasta lograr un cambio. No reconocen a la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) y la acusan de estar vinculada a la patronal y al poder político.

Ya en 2014, el Ministerio de Trabajo de la Nación reconoció a ATRES como un sindicato capaz de representar a los salteños trabajadores agrarios del sector primario. Ya cuenta con la certificación de autoridades y la Comisión Directiva conformada.

Pocos días atrás hubo una reunión entre ATRES y la delegada salteña del Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (RENATEA), Nora Giménez. La charla fue en buenos términos y se espera que el organismo nacional impulse políticas a favor de los trabajadores, algo que hasta la sanción de la nueva ley no era posible. Incluso actualmente, se siguen percibiendo malos tratos y quitas de salarios y beneficios.

Lo que está pasando en Salta con este nuevo sindicato es algo que ocurre en todo el país a partir de la nueva ley: están apareciendo nuevas organizaciones sindicales representantes de los trabajadores agrarios que buscan consolidar sus derechos.

Según los registros oficiales, en Salta existen 19 mil trabajadores en el sector del tabaco, tres mil en el hortícola y la misma cantidad en el de legumbres. Lo cierto es que más allá de los números, la cantidad es mayor.

ATRES visita casas y zonas de los trabajadores en toda la provincia, pero todavía no pudo instalarse en todo el territorio. Nació en 1992 en General Güemes. Estuvo congelada durante veinte años debido al decreto presidencial firmado por Carlos Menem que no permitía más de un sindicato en cada actividad. En el sector del agro, la beneficiada fue UATRE, liderada por Gerónimo “Momo” Venegas.

Uno de los testimonios que Cuarto Poder publicaba en agosto pasado era el de Evangelina Cisneros, una tipificadora de 30 años que conoce el trabajo rural desde siempre, ya que nació en una finca. La mujer relataba haber trabajado cinco meses durante la temporada pasada y aseguraba haber cobrado mucho menos de lo que debería. “Yo trabajo clasificando el tabaco. ¿Qué pasa con mi patrón? Te paga dependiendo de los kilos que hagas. Generalmente es así, por kilo se está pagando. ¿Y qué pasa? Que te sale con que cuando van a vender el tabaco no venden los kilos que uno tiene marcados, entonces te descuentan. Y ahí es la trampa. Ellos nunca traen el papel con el que hicieron la venta. Nunca te muestran la cantidad que vendieron. Te hacen otro papel por el contador y te dicen ‘mirá esta es la cantidad de kilos y no es igual a la que ustedes hicieron’. Entonces, te sacan esos kilos. Y uno, obviamente, va pesando los kilos que hace. Tenemos un supuesto sindicato que nos representa, pero cuando uno va a reclamar no pasa nada”, decía, en relación a UATRE. Otros testimonios hablaban de presiones del sector patronal que iban desde los cortes de luz hasta las quitas de viviendas.

Con la normalización del sindicato, ATRES buscará ahora avanzar en un sector numeroso, que otorga jugosos beneficios, intentando que las ganancias y los derechos no pertenezcan a un solo lado.