Michel Bouvier dio el nombre de la misteriosa joven de lentes de sol que habría estado con las turistas asesinadas y la justicia no encontró. Se trataría de una francesa que trabajó para el gobierno en la Escuela de la Administración Pública. La madre de Néstor Piccolo negó que su hijo se haya suicidado. (Maximiliano Rodríguez)
Los familiares de las victimas desde temprano esperaron la llegada de los magistrados. A medida que transcurren las jornadas, el debate oral comienza con mayor demora horaria. El tribunal de la Sala II mantiene la convocatoria para las 9, pero por lo general la actividad arranca pasadas las 10.
En esta jornada las familias de Cassandre y Houria cuentan con un apoyo inesperado y solidario. Se hizo presente en la sala Teresa Ghiglione, madre del comisario Néstor Piccolo, quien fuera en julio y agosto de 2011 el jefe de la Brigada de Investigaciones. El oficial comandó la investigación del caso hasta su violenta muerte ocurrida el 24 de noviembre de 2011 por un disparo en la cabeza. Su madre directamente no cree que su hijo se haya suicidado y no duda en responsabilizar a Aldo Rogelio Saravia por la muerte de su hijo. Dice que el entonces Secretario de Seguridad no sólo lo presionaba en extremo, sino que llegó a relatar insultos por parte del funcionario provincial.
Antes de ingresar a la sala de grandes juicio del poder judicial, la mamá del comisario fallecido destacó que no hubo autopsia en el caso de su hijo y que al cuerpo se lo entregaron a la familia en menos de tres horas. Con una entereza propia de quien no tiene nada que ocultar, la mujer habló con algunos periodistas y recordó que su nieto, hijo del comisario, quiso agredir al entonces Secretario de Seguridad de la gestión Pablo Kosiner quien por entonces era ministro del área. Decidida doña Teresa, asegura que no cree nada en la justicia salteña y asegura que su hijo no se suicidó como determinó el trámite judicial.
La mujer entró a la sala acompañada por otra mujer y un hombre que la ayudan a bajar los escalones de madera donde se ubican los lugares destinados al público que presencia el juicio. La madre del comisario Piccolo se sienta entre los familiares de Houria. Delante de ella, el padre de Cassandre y la hermana menor. Detrás de ella se sientan los dos hermanos de Houria que viajaron hasta Salta para acompañar a sus padres. La jornada comienza en el momento exacto en que ingresa el último de los abogados intervinientes. Nicolás Ortiz, el único abogado de la querella que participó del décimo séptimo día, fue el último en ingresar a la sala mientras la orden “de pie” encuadraba el ingreso del tribunal. La jornada tendría revelaciones explosivas.
El psicópata
Por primera vez el tribunal tomó testimonio a dos personas al mismo tiempo. Las testigos que brindaron detalles de su informe en la instrucción fueron María del Valle Cornejo y María Andrea Bellini, ambas psicólogas del poder judicial salteño. Las profesionales realizaron cuatro entrevistas a Daniel Vilte Laxi para tejer su perfil psicológico en septiembre de 2011. A entender de las profesionales, el trato de Vilte hacia ellas fue hostil aunque colaboró con la pericia psicológica ordenada por el juez Martín Pérez. Esa colaboración permitió armar la “cadena de abandonos” que sería su vida. Ante el tribunal las psicólogas explicaron que “la familia no dejó satisfechas sus necesidades emocionales” desde la primera infancia, por lo cual se transformó en un hombre “impulsivo, con falta de capacidad empática, por lo que no lo deja ponerse en el lugar del otro”.
También fue definido como “agresivo e invasivo del otro”, porque “no tiene autocritica, debido a que es omnipotente”, lo que se muestra en que “es crítico del entorno, pero no de sí mismo”. María del Valle Cornejo le explicó claramente al tribunal que Vilte no es inimputable. “El Sr. es capaz de entender que está bien y que está mal”, sentenció. Según el estudio psicológico, Daniel Vilte busca “la satisfacción propia y esto le permite transgredir las normas” puesto que “imperan sus deseos y sus impulsos”. El acusado mientras era definido como un niño, miraba a las peritos como si estuviera molesto por lo que escuchaba. Elevaba su mirada al techo hasta que hizo su participación en la ronda de preguntas el fiscal. A Félix Elías se lo ve ancho. No le alcanza la cancha para jugar. Sabe que el perfil psicológico del acusado es devastador para el propio Vilte, aunque no pruebe su participación en el crimen. Es hasta ahora el elemento de juicio más importante que sostiene la acusación contra Daniel Vilte, además de la confesión y acusación de Gustavo Lasi.
Según las profesionales Vilte tiene una “personalidad con tendencias psicopáticas” particulares que no se dan en casos de gravedad. María Cornejo explica que trabajó con varios homicidas y que no se da ese perfil puntual. Sin embargo, ante las consultas del fiscal, la perito agregó que “su hostilidad está dirigida hacia la figura femenina” puesto que ve a la mujer “para medios serviles” afirmando también que “la relación de pareja que tiene es superficial”. Según indicaron las testigos, Daniel Vilte en la “esfera sexual tiene rasgos perversos. Hay un descontrol impulsivo importante. Las pulsiones sexuales no tienen control. Ve al otro como objeto. Tiene conductas autodestructivas”. Un perfil verdaderamente tremendo. Según las profesionales el acusado necesita sentirse dominante en las relaciones para compensar sentimientos de inferioridad. “Quiere imponer sus reglas, sino se alejará del otro”, resumió Bellini. En ese momento pregunta el querellante Nicolás Ortiz si tiene condiciones de liderazgo. La pregunta apunta a confirmar los dichos de Gustavo Lasi, cuando en su confesión espontanea puso un arma en manos de Vilte y la comandancia del feroz ataque. La respuesta fue contundente: “tiende a imitar conductas de otros. Más que posicionarse como un líder que maneja la situación, se ajusta a lo que hacen los otros”.
Otro psicópata
El segundo testimonio también contó con la presencia de dos testigos al mismo tiempo. Fueron las psicólogas Mónica Quinteros Navarro y María Inés Sartini quienes realizaron el perfil psicológico de Santos Clemente Vera. El informe de estas profesionales había tomado mucha notoriedad en octubre de 2011, porque planteó un paralelismo directo entre la actividad de doma de caballos con el presunto impulso sexual del acusado. También a Vera le realizaron un perfil psicológico basado en cuatro entrevistas realizadas en septiembre de 2011.
Según explicaron las psicólogas, en Santos Clemente Vera la doma de caballo puede ser reemplazada por el objeto sexual. “Esto denota la imposibilidad de discriminar entre lo animal y lo humano” indicaron ante el tribunal. Al igual que en el caso de Daniel Vilte todo lo realiza “a los fines de alcanzar la autosatisfacción. Si no logra su fin se frustra y se torna agresivo”.
El acusado se mantenía inmutable mientras las dos profesionales trazaban un perfil psicológico propio de una personalidad temible. “Sexualmente pueden aparecer tendencias exhibicionistas disimuladas. El muestra su machismo a través de sus destrezas, como la doma. Tiene fantasías y tiene una representación de la sexual femenina desvalorizada. Hay tendencias sádicas”, indicaron las testigos ante el tribunal. Sin embargo, ante la consulta de los abogados defensores de Vera, las psicólogas debieron admitir que pese a informar que se trata de una persona influenciable, que posee “pensamientos perversos y manejos psicopáticos” hay “límites en su conducta”. Posteriormente, las profesionales fueron consultadas por las manifestaciones de Vera respecto al crimen. El fiscal Félix Elías pidió que las psicólogas cuenten qué dijo Vera en esas entrevistas. Ninguna de las partes mostró oposición a esto. Las profesionales contaron que Santos Vera se manifestó inocente. Sin embargo, las peritos no asentaron estas afirmaciones en su informe ante el juez Martín Pérez.
Un dato que pareció interesar a los vocales Héctor Pucheta y Bernardo Ruiz, fue la reunión que mantuvieron las psicólogas con el juez de instrucción Martín Pérez antes de realizar el informe final el día 5 de octubre de 2011. Tanto Pucheta como Ruiz interrogaron duramente a las testigos por esta atípica reunión entre ellas y el juez de instrucción. A los jueces no les pareció conveniente ni ordinario ese encuentro. Ruiz, además, cuestionó algunos términos utilizados como ser “antisocial”. Cuando pidió la explicación del término una de las testigos explicó que antisocial es no comportarse con los parámetros esperados por una sociedad determinada. “Cristo era un antisocial” concluyó el juez Bernardo Ruiz. El rumor en toda la sala fue tan espontaneo que marcó la magnitud del impacto. Concretamente el juez les preguntó a ambas psicólogas si eran verdaderamente imparciales o si se dejaron influenciar por la cobertura noticiosa. Héctor Pucheta, por su parte, se mostró molesto porque las testigos no reflejaron en su informe al juez de instrucción que Santos Vera se declaró inocente. El juez les recomendó que nunca omitan en sus informes lo que dice un acusado. La sensación que quedó en la sala no fue la mejor para las psicólogas y su pericia. Sobre este perfil psicológico se basó Martín Pérez para dictar el procesamiento de Santos Vera, apenas nueve días después de recibir el informe.
El negador
A Gustavo Lasi la pericia psicológica se la hizo una sola persona: el psicólogo Darío Duce que también es funcionario del poder judicial salteño. El testigo ingresó a la sala pasadas las 13. A diferencia de Vilte y Vera, Gustavo Lasi no sería un psicópata con impulsos irrefrenables. Desde el comienzo, el relato del profesional fue mucho más benigno para el acusado que los lapidarios informes de los otros dos detenidos. Ante el tribunal, Duce indicó que Lasi se mostró tranquilo en todas las entrevistas, salvo cuando habló de su novia y la familia de su novia (Cañizares). Según destacó el psicólogo, Lasi presenta “aspectos sádicos” aunque “prevalecen aspectos de colaboración y altruismo y de manera velada surge en sus relaciones el dominio de las situaciones”. Gustavo Lasi, a entender del profesional, “tiende a maniobras de justificación, rigidez y maniobras infantiles”. El principal acusado “se rehusa a reconocer la realidad”, cuando no directamente “niega la realidad y la transforma”. Durante todo el testimonio Gustavo Lasi, se mantiene mirando al tribunal como si no prestara atención al testigo. Después de todo, el psicólogo está describiendo su personalidad. Su declaración duró apenas unos minutos.
Laura Fagés
Sorpresivamente cuando habían pasado todos los testigos previstos para la jornada, el tribunal citó a declarar a Jean Michel Bouvier. En realidad se trató de una ampliación de su declaración testimonial del día uno. En aquella primera jornada el papá de Cassandre había dicho que quería saber quién era esa misteriosa mujer de lentes de sol que nunca fue identificada, pese a que hay tres fotos de ella en el expediente, presuntamente en la misma localidad de San Lorenzo.
Bouvier había afirmado entonces que él tenía un nombre que había averiguado por internet, pero que dejaría a la justicia argentina investigar antes de darle la información con la que contaba en forma particular. En este día décimo séptimo, el tiempo de la justicia terminó y Jean Michel dio el nombre de quien sería esa mujer de lentes de sol. También dijo que la misma trabajó para el Estado provincial. Los padres creen que es importante encontrar a esta persona por varios motivos. Ella nunca se presentó a testimoniar ni fue investigada pero los familiares creen que era el contacto en San Lorenzo de las turistas asesinadas.
Las familias creen que Cassandre y Houria fueron a San Lorenzo a encontrarse con “una conocida”, tal como declaró originalmente la española que explotaba el Hostal del Cerro en 2011. Esa persona conocida nunca se presentó a declarar, ni tampoco determinó la investigación de Martín Pérez quien era. La mujer de lentes podría ser la persona a la cual esperaban Cassandre y Houria en el local gastronómico “El Duende de la quebrada” donde estuvieron sentadas dos horas sin consumir nada.
Jean Michel se preparó para este día. Para eso guardó durante dos años los lentes de sol que un policía le entregó como quien le entrega la pieza de un rompecabezas. Su declaración debió saltar nuevamente el idioma. En francés dijo “no soy policía, no puedo identificar de manera de certera, pero es una francesa que vino a Salta entre 2008 y 2009”. La mujer habría trabajado en la administración pública provincial según pudo averiguar el propio Bouvier en internet. Su nombre sería Laure Fagés.
La sala escuchó atentamente su testimonio y parece quedar claro que Jean Michel Bouvier sabe más de lo que dice, porque afirma no saber si ella sigue o no viviendo en Salta. Tal vez el decreto 2672/13 firmado por el gobernador Juan Urtubey el 16 de septiembre de 2013 pueda responder esa pregunta. Es a través de este decreto que el gobernador prorrogó la designación temporaria de la señorita Laure Mireille Augusta Fages (DNI 94.825.201) “en carácter de personal temporario de la Secretaría General de la Gobernación”. Según el decreto la francesa contratada por el gobierno se desempeña “en la Dirección de Cooperación Nacional e Internacional de la Escuela de la Administración Pública en el ámbito de la Secretaría de la Función Pública”.
Una nueva línea de investigación se abrió. ¿Por qué nunca se presentó a declarar?, ¿qué sabe?, ¿quiénes son sus relaciones en Salta?, ¿por qué nunca nadie la investigó?, ¿por qué su nombre no fue descubierto por tanto investigador premiado hasta que el padre de la víctima lo reveló? Una mancha más al tigre judicial salteño. El silencio en la sala era total. Apenas se percibía el sonido de la estática a través de los parlantes. Durante varios minutos estuvo así la situación.
Finalmente el tribunal a pedido de una de las partes, solicitará al ejecutivo provincial la lista de personal. Quizás su nombre comience a conocerse. Jean Michel Bouvier llevaba un traje gris y una remera blanca. La fotografía de su hija Cassandre en el pecho. Así terminó el décimo séptimo día.