En el marco del partido por Copa Argentina, Boca Juniors se enfrentaba a Gimnasia y Esgrima de la Plata por los cuartos de final de la presea.
Si bien la política de la Copa Argentina dicta que los partidos se jueguen en canchas neutrales y permitan que los grandes equipos puedan recorrer toda la Argentina, la localía y poder económico de Boca se hizo sentir.
Durante el entretiempo una de las facciones de Boca logró forzar un portón e ingresar a un sector aledaño a la hinchada visitante para agredirlos “revoleando” las butacas de las plateas.
El Salvador, Juan Román Riquelme, presidente de Boca junto a toda su comitiva intervinieron y llegaron hasta el conflicto para hablar con los “capos” de la barra para calmar las aguas. Pasados unos 30 minutos del descanso, lograron restablecer la normalidad y se reanudó el partido que Boca terminó ganando por penales.