Este fin de semana, la catarata de improperios está a la orden del día y es expresión ferviente del estado de ánimo en el mundo periodístico. El desfile mental de parientes que oficia de blanco de tales diatribas es el de la ascendencia y descendencia que integra la cúpula de Troka SRL. Los Zambrano, Storniolo y Rodíguez son los apellidos más invocados, pese a los comunicados que el último de los mencionados ya no integra su directorio.
La razón invocada en esta kermesse de vituperios está relacionada con los obstáculos interpuestos por la compañía domiciliada en Leguizamón 1817, respecto al pago de los avisos de campaña política 2019. Los argumentos que explican esta anomalía en el monitoreo y deriva en el impago se dividen en las siguientes categorías: represalia inconfesa bajo la figura de “línea editorial”, ineptitud, avivada o salteo de diligencia.
Casi un año atrás, se dejó en líneas de fuego que la generalidad de los medios “tiene una mala impresión del trabajo de Troka como consultora, cuestionan si realmente sus clientes son producto de amistades que ´benefician´ a la empresa”. Como también que “otros medios de comunicación tienen una mala imagen de la empresa como consultora, ya que se los acusa de recibir grandes cantidades de dinero por pautas del Gobierno de la Provincia de Salta”, se precisó un trabajo académico.
A la par de cuestionamientos que apuntaron sobre el “desempeño laboral y la trayectoria” de sus integrantes, un trabajo de la Universidad Católica, relató que en el portal Informatesalta –Troka- “no poseen carpeta de presentación para buscar clientes, además su página web esta desactualizada (si bien aparece en primer lugar en el buscador Google, la información no sirve)”. Es decir, si se auditaran a ellos mismos, en base a criterios objetivos, tal vez ni recomendarían darse pautas oficiales.