El aleteo de las cuatro decenas y más de la mitad, por otro lado, son las cartas con las que el saenzismo mantiene su decisión. Los nombres propios para la Presidencia en Diputados y para la Vice primera en Senadores siguen estando en firme. Claro que otra cuestión distinta es la que puedan tomar las 40 voluntades al pronunciar el nombre de quien sea su predilecto para dirigirlos. F.P

A la espera de tirar el achique, en Diputados el sector que aún aguarda por una disolución del grupo mayoritario que votará este domingo por la Presidencia volvió a sacar las uñas. Un ambiente que amagó con enrarecerse, ni bien el legislador viñense Esteban Amat lanzó un parecer singular de lo que podría agilizar las sesiones ¿Un desatino? Sin dudas! ¿Ordenado desde arriba? Poco probable.

Tal vez por demasiada anticipación a calzar un traje al que, a lo sumo, el chambelán invitó a tomarse las medidas para su confección. Solamente con eso, la oposición en pleno reagrupamiento cargó contra toda una administración que todavía no puso un pie en ninguno de los tres poderes.

El capitalino Guillermo Martinelli, a días de concluir su mandato, le achacó a Amat un presunto intento de “blindaje” por medio de artilugios que desnaturalizarían a los diputados en su rol de “parlamentarios”. Con este trastabillar que dio el candidato a presidir el cuerpo, le alcanzó para imputarle pretensiones que irían “en desmedro del republicanismo”.

Además, Martinelli aprovechó este gaffe y en el canal Somos Salta rememoró la protección por parte de la mayoría de los medios de prensa, brindada a la gestión Sáenz en la intendencia capitalina. “Esto es algo planificado” concluyó y encuadró como lamentables las consideraciones de Amat que las manifestaciones “son una pérdida de tiempo”.

Y lo desafió a indicar “si no se cumplió alguna vez con el acta de labor parlamentaria”, dijo al enaltecer la gestión Godoy con su más de década y media al frente de este cuerpo. Dieciséis años en los cuales hubo periodistas y medios a los que les tocó en suerte la hosquedad o las bienvenidas, desde la actual Presidencia de la Cámara baja. Por más que, recién ahora, al cubrirse de aroma “progre”, se intente embellecer tal pasado.