Las peleas internas en algunos sectores políticos a veces tienen finales impensados y obligan a abandonar rencores y dar prioridad a las conveniencias electorales.
Por Lola Mento
Desde hace varios años que la trifulca entre Andrés Suriani y el círculo rojo de Sáenz no se disimula y en algunos eventos se notó el desprecio que despierta el que fuera antes un amigo. Dicen que los problemas se generaron por la salida del diputado del partido PAIS para incorporarse a las filas del PRO y que lo tratan de “traidor”. Una cuestión insignificante considerando que un partido es prácticamente un sello de goma y el otro está a punto de fallecer con la crisis financiera.
Luego de que el rubio y conservador dirigente manifestara que quiere gobernar la intendencia los mandamases de Avenida Paraguay le cerraron los celulares y le cortaron los víveres y pauta publicitaria.
Se enojaron en serio pero el problema apareció con las encuestas que a Suriani les dan números impactantes para intendente, sobrepasando la decena de puntos en intención de voto y alcanzando en alguna 19. Su discurso contra la ESI y el aborto le granjearon suculentos apoyos en la franja de la clase media y alta de la capital.
Semejante proyección obligó a que activaran el modo “rescate” y que con insistentes llamadas lo busquen para recomponer. Ahora el buscado se hace desear y ya se juntó con Yarade y Romero. Que tal Tartagal?