#8M2019 Las calles de la ciudad se vieron colmadas de lucha que no claudicó a pesar de la lluvia. (Andrea Sztychmasjter) FOTOS
El 8M en Salta dejó en evidencia que el cambio generacional de militantes pone al movimiento feminista en pie de lucha más fuerte que nunca. Ya no hay vuelta atrás.-
En nuestra provincia se realizaron marchas en diferentes municipios donde las políticas estatales, esas que intentan maquillar la impunidad y la injusticia, directamente ni llegan. En capital se realizaron dos marchas; a la mañana convocada por diferentes centrales sindicales y a la tarde con un acto público de cierre en un escenario montado en plaza 9 de julio.
Una radio abierta, ferias y un pañuelazo a la CGT fueron la previa de una gran movilización que colmó las calles mojadas por una lluvia persistente que se mantuvo toda la jornada. La mala organización de tránsito- que ya pareciera a propósito- provocó que la marcha en donde participan mujeres mayores y niñxs se viera interrumpida y el enojo de automovilistas. Una vez más Tránsito no logró organizar un operativo de una movilización que se sabía con mucha antelación que iba a ocurrir.
Pese a ello, una gran columna ocupó varias cuadras de militantes de diferentes partidos, organizaciones sociales y barriales, autoconvocadxs que marcharon con consignas claras: aborto legal, cupo laboral trans, Educación Sexual Integral, acceso a la justicia, vidas libres de violencias, trabajo digno. Este año el acompañamiento a la lucha docente también se hizo presente en el día de la mujer trabajadora.
La gran movilización salteña se movilizó contra los ajuste de los gobiernos de Macri, Urtubey y Sáenz y también demostró, una vez más, eso que las generaciones más jóvenes ya aprendieron: el movimiento feminista se constituye como uno de los mayores motores de cambios sociales.