José Urtubey aseguró que con el método Sturzenegger de mantener tasas de interés altas “es más difícil orientarse a la inversión productiva”. Pide pelear contra el “impuestazo” al azúcar y no descarta ser candidato en Salta.
El portal Letra P le hizo una amplia entrevista y una elogiosa introducción al dirigente industrial salteño, José Urtubey. “Casi todos sus pares lo señalan como el dirigente del futuro dentro de la Unión Industrial Argentina (UIA)”, dice el periodista que aclara que la última pregunta que le hace Urtubey fue en el sentido de si buscara un cargo político en la provincia a lo que el hermano del gobernador respondió “no por ahora”.
-¿Cómo los encuentra a los industriales la previa a la Conferencia Anual?
-Hay una industria que en los últimos meses se viene recuperando, siempre teniendo en consideración que la base del 2016 es muy baja. Con los desafíos de que esta recuperación de los últimos meses sea sustentable en el tiempo y, en ese marco, nos encuentre en medio de los planteamientos reformistas en búsqueda de las estructuras que permitan darle sustentabilidad a la recuperación.
-¿Es normal el comportamiento heterogéneo de la mejora en los números de las fábricas?
-En general, en promedio, la industria está repuntando positivamente, puede tener algunas industrias que estén mejor que otras, pero hay mejoras.
-¿Qué es entonces lo que le genera dudas de si es o no sustentable el crecimiento?
-Creo que es clave ver cómo terminan las reformas que se están planteando y es clave también lo que es una mirada integral de la economía orientada al desarrollo. Sobre todo las políticas a revisar, como las altas tasas de referencia del Banco Central. Y lo que se anuncia de ir discontinuando los créditos productivos. Tiene que haber una mirada integral.
-¿El Central les confirmó el recorte al crédito?
-Cuando nos reunimos con el presidente del Central nos informó eso. El Central los llama créditos subsidiados, hay un decreto o una resolución por la que progresivamente se van a discontinuar.
-Volviendo a las tasas, punto muy criticado por los industriales, dado que atentan contra la inversión y la actividad. ¿Tienen efecto sobre la inflación?
-No están teniendo el resultado eficaz en materia de combate a la inflación, que yo creo que debe ser fortaleciendo la oferta productiva. Y tienen el problema de que hacen más difícil orientarse a la inversión productiva que al ahorro por el lado de las Lebacs.
-Casi que coincide con De Mendiguren, uno de sus colegas en la UIA, de que hay temporada de bicicletas.
-No sé si bicicleta, pero todavía hay que reorientarse al desarrollo. Y eso se lo decimos al presidente del BCRA. Él por ahora mantiene su postura, por ahora. No sé si las tasas son un idea del Gobierno nacional, porque Sturzenegger planteó la autonomía del Banco Central.
-El Gobierno mandó al Congreso la reforma impositiva sin modificar el tributo a las bebidas azucaradas, que impacta a las fábricas y a los productores de azúcar de muchas provincias del Norte, como Salta y Tucumán. ¿Qué opinión tiene?
-Tengo la expectativa de que haya una reversión en el Congreso de lo que son los impuestos internos sobre la cadena del azúcar. Tiene que haber una revisión del tema. El decreto 814, de deducir cargas sociales sobre el IVA, ahí me parece que tiene que revisarse también.
-Hay gestiones del gobernador tucumano Manzur para alinear a los gobernadores afectados. ¿Cree que las provincias tienen que salir en bloque con ese tema?
-Si, las que son productoras, claramente.
-En ese sentido, Mendoza se movió más rápido… (Interrumpe)
-Nosotros dijimos lo del vino, se lo planteamos nosotros desde la UIA a (el ministro de Hacienda, Nicolás) Dujovne. Estuvieron esos temas en la discusión en la UIA con los ministros.
-El Gobierno interpone un argumento de salud pública para sostener un gravamen alto a los azúcares.
-La Organización Mundial de la Salud (OMS) no categoriza al azúcar como producto no saludable.
-La otra reforma espinosa es la laboral. Esta semana se bajó el debate por parte del peronismo hasta que la CGT tenga una posición concreta. ¿Está de acuerdo con cómo está planteada?
-Requiere de mucho consenso, pero está claro que hay que hacer algo desde lo normativo para modernizar y formalizar puestos de trabajo. Hoy hay un 35% de informalidad en el empleo.
-Desde los gremios se concibe la norma como un intento de flexibilización del empleo. ¿Lo comparte?
-Hay que ver cómo termina el proyecto y cómo termina consensuándose. Así como te digo que no hay que conculcar derechos adquiridos, te digo que hay que buscar consensos para modernizar la normativa laboral.
-¿Tiene por seguro que no habrá avances contra el empleo y los salarios?
-Ni contra el empleo ni contra el salario, pero hay que buscar mecanismos para modernizar una normativa que lleva décadas en un mundo en que la implementación tecnológica impone condiciones. Estas revisiones se hacen permanentemente en todos los países.
-El Gobierno plantea casi como un dogma que es importante que todos los sectores sean competitivos por mérito propio. ¿Cómo se hace hoy para ser competitivo?
-Necesitás una mirada integral, que te lleve desde bajar la presión tributaria a una integración inteligente al mundo desde lo comercial. Y una suerte de búsqueda en la política monetaria y crediticia.
-Hay algunos de sus pares en UIA, como Cristiano Ratazzi, que casi ruegan por un dólar más caro. ¿El tipo de cambio hay que tocarlo? ¿Es un factor de competitividad?
-También lo es, pero la vieja receta de ir a buscar competitividad con la devaluación no tiene sentido. Me preocupa más la presión tributaria que el dólar.
– En ese punto, no parece ser esta una reforma impositiva que haya bajado mucho los tributos.
-No, pero hay algunas cosas interesantes. La posibilidad de tener un tratamiento diferente en materia de reinversión de utilidades y la devolución anticipada de IVA, son interesantes. No me parecen interesantes estos capítulos que van sobre las economías regionales. Hay que ver punto por punto.
-Han pasado dos años de Macri en el poder. Uno de los debates que se dieron fue si el Gobierno tiene un modelo industrial. ¿Lo tiene?
-Estoy expectante de ver, a partir de esta reforma, que se impulse una mirada productivista completa. Fue interesante la Ley Pyme, pero tiene que ser para toda la industria. Hay que ir hacia una Argentina desarrollista.
-¿Qué diferencias encuentra, en la diaria, entre el macrismo y el kirchnerismo?
-Hay buen diálogo, comparado con lo de antes es mejor diálogo. Macri, en términos de economía, con esta reforma, va a empezar una etapa distinta.
-Dos preguntas finales. Muchos de sus pares hicieron autocrítica por el rol que tuvieron durante el Gobierno de Cristina Fernández. Algunos en términos bastante duros. ¿Lo comparte?
-No. Yo creo que desde la industria pusimos mucho. Veníamos de cuatro años de estancamiento y caída y, sin embargo, mantuvimos lo que teníamos que mantener, la fuente de trabajo, nuestra capacidad de empuje y luchando contra viento y marea. No creo que haya sido un mal desempeño, desde los empresarios industriales, no.
-Para terminar, viene de una familia política. ¿Le interesa meterse en la política partidaria?
-No, por ahora no. Pero a los 42 años no descarto nada.