Un joven de veinte años recibió una dura golpiza en un boliche de la Balcarce. Culpa a los empleados del lugar y asegura que la Policía ayudó a esconder a los responsables.
Marcelo Fabián Esteban, un empleado gastronómico de veinte años, recibió una dura golpiza durante la madrugada del domingo en la Balcarce. Debió ser trasladado al hospital San Bernardo. Tras el hecho, brindó una entrevista en la que señala a los que cree que fueron los responsables y cómplices del hecho.
«No sé qué me pasó, no puedo recordar los golpes ni quién me golpeó, solo tengo presente que mientras bailaba vino alguien, me tomó por detrás, me agarraron las manos y después me hicieron dar contra el piso de la vereda del boliche. Cuando desperté estaba internado en la guardia del hospital San Bernardo, y mi hermano al lado mío”, dijo Marcelo en El Tribuno. Agregó que “nadie se hizo cargo de nada” tras el hecho. “Me tiraron a la vereda y ni siquiera la policía investigó nada. Quiero decir que llamaron una ambulancia, tuvieron un herido grave en la vía pública pero nada de nada después. Un NN como dicen y yo creo que no es así», completó.
El hecho habría en el boliche One de la zona de la Balcarce. El agredido relató que estaba con dos amigos dentro del lugar cuando sucedió la golpiza. “Mis amigos vinieron y me contaron que cuando me hallaron en el piso convulsionando sólo había un mozo y un patovica, cuando vio que éramos amigos o familiares se metieron urgente adentro. Ahí uno de mis amigos quiso detenerlo y entonces apareció de inmediato la policía para evitar que entrara para ubicar al agresor. Mientras eso sucedía, mi otro compañero llamó al 911 y al Samec», contó Marcelo, que también relató que la Policía hizo quedar a uno de sus amigos hasta el cierre del boliche para identificar al posible agresor, pero todo fue inútil, porque nunca lo encontraron.
«La policía llegó solo para hacernos perder tiempo. Me decían que ya íbamos a entrar para identificar a los agresores mientras pasaban los minutos. Es decir estuve en la puerta hasta las 5.30, más o menos una hora después de los hechos. Eso era una clara maniobra para darle la posibilidad al sujeto de huir», dijo uno de los amigos del damnificado.