Tomás Abraham habló brevemente con Cuarto Poder. Después de haber asegurado que Macri no está a la altura de su investidura, el filósofo y escritor prefiere no hacer declaraciones sobre la actualidad política. (F.A.)
El escritor, filósofo y docente Tomás Abraham es uno de los intelectuales más reconocidos de la Argentina. Discípulo de Michel Foucault, testigo privilegiado del Mayo Francés, es uno de los referentes habituales a la hora de analizar la Argentina desde una perspectiva profunda, algo que pareciera llevarse a las patadas con el mundo de hoy en el que la dinámica de la información, las sentencias tajantes que provocan la rapidez de la comunicación vía redes sociales y la constante opinología están a la orden del día.
Diez días atrás, Abraham fue entrevistado por María O’Donnell en La Nación. Allí, aseguró que el kirchnerismo fue “la fábrica de odio que no terminó y pudrió el carácter de los argentinos”. Además, agregó que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner “fue uno de los peores de la democracia”.
Abraham no fue crítico con un solo sector de la grieta en esa entrevista. También apuntó hacia el gobierno actual. Sin vueltas, consideró que el presidente Mauricio Macri “no está a la altura de la investidura que tiene”. Dijo que al exdirigente de Boca “le queda grande” el cargo. Finalmente, expresó que algunos miembros de Cambiemos tienen “un problema de mentalidad” que demuestra que muchos de ellos “no salieron de la burbuja de los barrios ricos”.
Quizás por la repercusión de tales declaraciones realizadas en un medio tan masivo como el diario de los Mitre, Abraham ahora no quiera saber nada y prefiera guardarse un poco. “No estoy dando entrevistas para hablar de la actualidad”, responde por teléfono esta semana cuando Cuarto Poder se comunica con él para intentar concertar un encuentro. Con todo, se muestra generoso y propone responder brevemente por correo electrónico.
Por mail, teléfono, chat o cara a cara, cualquier oportunidad para conocer la palabra de Abraham es buena. Especialmente si existe la posibilidad de preguntarle sobre el gobernador de Salta, que hace tres días, en Intratables, dijo que “la política moderna” no busca la unión a cualquier precio. ¿Está acertado o sólo es una excusa más para coquetear con quien más les conviene? ¿Y las alianzas entre políticos? No son una novedad. En el caso particular de Salta, hace más de veinte años que los actuales funcionarios, legisladores y mandatarios se abrazan o se acusan pero forman un grupo de poder cerrado de una manera mucho más evidente que a nivel nacional. ¿Qué es lo que hace que los ciudadanos volvamos una y otra vez a los mismos a pesar de que las contradicciones están ahí para el que las quiera ver? Sería excelente conocer la opinión de Abraham.
También saber si las aspiraciones presidenciales de Urtubey, un gobernante que proviene del patriciado local y está atado a los valores hispanos y católicos que explican la obligatoriedad de la enseñanza católica, son las que precisa el país. Incluso, cabría preguntarle por qué el establishment mediático y económico parece resguardar a ese potencial candidato y lo blinda ante las críticas de una gestión provincial que no puede parar las muertes por desnutrición.
“Lo que usted me ha enviado son sus opiniones sobre la política salteña y la conducta del gobernador con un signo de pregunta”, responde Abraham, tajante, con la seguridad que adquirió en setenta años de vida. Firme en su postura de no opinar demasiado, tras el reproche asegura que la interna del PJ no le interesa. Cree que los políticos actuales “no son los mismos”. “Macri es nuevo a nivel nacional, Urtubey ídem, Vidal, Frigerio, Dietrich y en la Matanza y tantos otros”, argumenta. Y dice que no ve contradicción entre lo que los ciudadanos eligen en cada votación y sus necesidades cotidianas.
“La gente busca trabajo, seguridad, libertad, y vota a quien le parece que se las puede ofrecer. El resultado de una política no es responsabilidad del ciudadano en el cuarto oscuro”, finaliza, y saluda atentamente.