En pocas horas, tras la noticia difundida por Cuarto Poder, el diputado Emanuel Sierra vendió su casa rodante y ya tiene los primeros billetes para costear su campaña para el Congreso de la Nación.
Los teléfonos no paraban de sonar en la redacción de Cuarto Poder y extenuaban a las desconcertadas recepcionistas. Pero a diferencia de viejas épocas que mejor no recordar, los llamados no eran para hostigar o amenazar a los irreverentes periodistas sino para preguntar “por el aviso”.
“¿Qué aviso?, nosotros no ofrecemos el servicio de clasificados” respondían las siempre amables telefonistas hasta que del otro lado de la línea les indicaban que “en su página web dice que un diputado vende una casa rodante”.
En efecto, durante la mañana del martes, informamos que Emanuel Sierra, popularmente conocido como “el bicidiputado” publicó un aviso clasificado en un pasquín, El Nuevo Diario, ofreciendo su casa rodante “para financiar su campaña a diputado nacional”.
Esa nota sobre la singular estrategia de financiamiento político llevó un título tan fuerte, “La vergüenza es una emoción que no practica”, como efectivo.
Según se supo, en apenas unas horas, el diputado Sierra cerró trato y entregó a título oneroso su impecable rodante habitación y ya tiene unos chelines para comenzar su campaña electoral.