El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) hallo 600 cuerpos en fosas comunes e individuales en diferentes cementerios enterrados durante la ultima dictadura militar que carecen de identidad. El EAAF pide a personas que tengan familiares desaparecidos que se acerquen para donar sangre y ver si alguno de estos fallecidos pertenece a sus familiares. (Guadalupe Macedo)

Los cuerpos están esqueletizados y presentan lesiones traumáticas. Son restos que fueron escondidos por los represores en la última dictadura militar. Hombre y mujeres que fueron torturados y desaparecidos por el último gobierno militar. La mayoría de los cuerpos fueron hallados en el cementerio de Avellaneda, pero otros fueron encontrados en cementerios de diferentes localidades de Buenos Aires, Tucumán, Santa Fe, «los restos fueron encontrados principalmente en los grandes centros urbanos, donde la represión actuó de forma más fuerte», señala Virginia Urquizu, Coordinadora de la Unidad de Casos del EAAF en diálogo con Pagina 12. La edad en que estas personas fueron asesinadas era entre los 20 y los 50 años.

Patricia Bernardi, fundadora y antropóloga del equipo, precisó que el EAAF «tiene 600 cuerpos exhumados en distintos cementerios de la provincia de Buenos Aires que no han podido ser identificados». Los cuerpos se encuentran en el predio de la EAAF y esperan que los familiares de personas desaparecidas se acerquen a la institución para dejar la muestra de sangre para poder investigar si existen coincidencia genética con algunos de los cuerpos.

Se necesita de la muestra genética para poder cotejar datos y revelar la identidad, la institución no solo busca que las personas se acerquen a dejar la muestra biológica, sino que se informen e interesen en este proceso y cuando estén listos realicen el proceso. Los laboratorios tratan a los restos con dignidad y buscan que las personas que se acerquen sean contenidas.

Para realizarlo los familiares deben llamar al 0800 345 3236. La extracción no tiene ningún costo y pueden llamar desde cualquier punto del mundo y la institución se encargará de establecer los modos para que se pueda iniciar el procedimiento. El equipo Argentino Forense solicito que se acerquen las personas que tienen un familiar desaparecido entre 1974 y 1983 para dejar la muestra para poder identificar los cuerpos que todavía no poseen identidad.

«La historia de cada persona es importante y sabemos que los cuerpos que están en nuestro laboratorio esperan que sus familiares los vengan a buscar. Sin embargo, entendemos que cada persona tiene sus tiempos y que las generaciones van cambiando», expresó en diálogo con Página/12 Luis Fondebrider, miembro fundador y director ejecutivo del Laboratorio de Genética Forense del Equipo.

Los familiares que pueden acercarse a dejar la muestra de ADN son parientes de primera generación como los padres, hijos y hermanos, pero también pueden acercarse nietos, tíos y primos. «La certeza de la identificación aumenta a medida que se incrementa el número de familiares de desaparecidos que aportan muestras de sangre» explico Bernardi a Télam. Para poder cotejar la identidad el EAAF posee un software donde se encuentran cargado los perfiles genéticos de los cuerpos hallados y cuando se tiene la muestra de sangre se hace una comparación con los perfiles.

El trabajo del equipo del EAAF consiste en: “investigar y documentar casos de violaciones a los derechos humanos y humanitarios que impliquen la búsqueda, recuperación, determinación de la causa de muerte e identificación a las víctimas de desapariciones y asesinatos, restituir los restos a sus familiares y presentar evidencia científica en los tribunales que investigan estos casos” versa la página oficial de la organización. Es el primer equipo en aplicar la arqueología en un procedimiento forense en temáticas vinculadas a los derechos humanos en el mundo.

La tarea del equipo «No se trata sólo de recuperar un cuerpo sino de interpretar el hallazgo en el contexto adecuado y contrastándolo con la información preliminar», explicó Patricia Bernardi. Trabajan desde el respeto, buscando identificar las causas de la muerte, pero también las historias de vida posteriores de cada persona para poder restituir su identidad que les fue arrebatada durante la dictadura militar. Desde el año 2007 convocan a familiares de desaparecidos para cotejar datos genéticos, lo hacen en conjunto con el Ministerio de Salud de la Nación y la Secretaria de Derechos Humanos.

El derecho a la identidad procede de la dignidad inherente del ser humano y pertenece a todas las personas sin ningún tipo de discriminación. Este derecho es sostenido por instrumentos de protección de derechos humanos como la declaración Universal de Derechos Humanos, la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y la Convención Americana sobre Derechos Humanos.  Es por esto que la restitución identitaria de las personas desaparecidas es un deber del estado para poder recuperar la memoria colectiva del pueblo.