Mientras la intendenta Bettina Romero pide a los concejales que aprueben que la Municipalidad de Salta se endeude con un crédito para obras públicas, denuncian que el Ejecutivo colocó 1.200 millones de pesos en el Fondo de Inversión Pioneros de Banco Macro.

Rodeada de un halo de misterio, el lunes pasado la intendenta de Salta, Bettina Romero, se reunió con 18 de los 21 concejales de la ciudad. Las invitaciones habían sido cursadas con un sello cruzado que rezaba “Confidencial”. O casi. Pero sí se pedía reserva sobre el encuentro que la mandataria comunal quería tener con los miembros del cuerpo legislativo.

Al llegar, los ediles se encontraron con un lindo powerpoint en el que, filmina tras filmina, el Ejecutivo analizó la situación de ejecución de obra pública en los últimos 11 años, siendo el 2018 (de la gestión de Gustavo Sáenz) el de mayor presupuesto ejecutado (15%).

Al finalizar la proyección, finalmente fue la misma Intendenta la que reveló la razón del meeting: si con el presupuesto municipal, la suba del 200% de los tributos municipales en dos años y lo que se invierte en obra pública no alcanza, no queda otra que pedir un préstamo.

Y claro, para que un Estado municipal tome crédito, son los ediles los que deben aprobarlo en sesión legislativa tal como lo establece el artículo 22, inciso q) de la Carta Orgánica Municipal que fija las atribuciones y deberes del Concejo al expresar: “Contraer empréstitos para fines determinados con la aprobación de los dos tercios e los votos de la totalidad de sus miembros. En ningún caso el servicio para pagos de empréstitos, ni la provisión financiera para tal fin, podrá exceder la cuarta parte de las rentas municipales ni aplicarse a otro destino”.

Si bien desde el Ejecutivo se cuidaron de no decir montos y ni siquiera presentaron las obras que planean realizar con el endeudamiento de la Municipalidad de Salta, trascendió que el crédito sería por 2 mil millones de pesos o su equivalente en dólares.

Lo raro e increíble es que, según fuentes inobjetables del primer piso del Centro Cívico Municipal, la comuna no necesita tomar ningún crédito porque cuenta con el dinero suficiente para encarar las obras que la ciudad necesita y los vecinos merecen.

Según la fuente, luego de pagar los sueldos, la Municipalidad cuenta con 1.200 millones de pesos colocados en el Fondo de inversión Pioneros de Banco Macro, entidad con la que, además, Bettina Romero firmó un acuerdo en enero de 2021.

Y, como se sabe, un fondo de inversión es un instrumento de inversión a través del cual alguien (en este caso la Muni) puede canalizar sus ahorros o disponibilidades. Entonces, si la comuna dispone de 1200 millones de pesos, ¿por qué querría sacar un crédito por 2.000 millones?

Para tener una idea de los “ahorros” que tiene Bettina Romero, el costo de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias que hoy los partidos políticos y el Gobierno discuten si suspender o no dado su alto valor, es de 1.000 millones de pesos.

Un detalle no menor es que las tasas de interés ofrecidas por los bancos no superan el 30% anual en prácticamente ningún caso. Por lo que «poner a trabajar la guita» en esos términos deriva en un claro perjuicio para las arcas públicas, considerando una inflación que este año rondará los 60 puntos. Una operatoria similar llevó a la derrota al histórico rector de la UNSa, el Cr. Victor Claros, hace apenas una semana.

El presupuesto aprobado para el 2022 para la Municipalidad de Salta por el Concejo Deliberante fue de 14 mil millones de pesos. El dinero que la Municipalidad puso en el fondo de inversión representa casi el 9% del total del presupuesto aprobado para el 2022 para la Municipalidad de Salta por el Concejo Deliberante, que fue de 14 mil millones de pesos.

“Acá lo que no se entiende es de dónde sacó 1200 millones de pesos una gestión que dice que no le alcanza para aumentar los sueldos de sus empleados que la están pasando mal, que dice que no le alcanza para tapar el millón de pozos que hay en las calles”, reflexionó la fuente; que luego aseguró que de “transparente acá no hay nada”.

La mención no es casual, ya que con una intención de voto que apenas roza los 5 puntos según varias encuestadoras, la intendenta Bettina Romero busca levantar su imagen apelando al ya desgastado slogan de “transparencia”, que a esta altura y con una cuenta abultada con 1.200 millones de ahorros, de poco parece servir.

En un escenario de hostilidad creciente y de encuestas a la baja, son cada vez mas los que argumentan que el titi-romerismo se encuentra en retirada y que la operatoria discutida esta semana con los ediles forma parte del plan de capitulación.