Un debate que debería circunscribirse a profesionales de la ingeniería y la informática terminó por reagrupar a referentes del romerato en contra de la Boleta Única Electrónica. Las críticas al sistema de votación ¿un capítulo más de la contraofensiva romerista?

KIM IM PORTA

El conveniente resurgimiento de un debate que arrastra ya más de una década en la provincia, empaña la genuina preocupación de algunos sectores políticos respecto del funcionamiento de sistema de voto electrónico. A pesar del aval de magnates de la tecnología como Elon Musk, a las tesis sobre la no fiabilidad del sistema, los señalamientos pierden verosimilitud cuando los interlocutores también carecen de ella.

El CEO de Tesla y dueño de X (ex Twitter) opinó esta semana: “Deberíamos eliminar las máquinas de votación electrónica. El riesgo de ser pirateadas por humanos o IA, aunque pequeño, sigue siendo demasiado alto”. Fue suficiente para que se alzaran en el plano local algunas voces poco legitimadas, pero con ansias de tribuna.

Entre los que se lanzaron a opinar figura nada menos que Emiliano Estrada, ex ministro de Economía de la provincia durante el último tramo de la gestión de Juan Manuel Urtubey. “Sin dudas que a la inmoralidad de gastarse 10.000 millones de pesos para elegir concejales el año que viene cuando tenemos las calles rotas, los hospitales sin insumos y las escuelas que se caen a pedazos, se suma este tipo de advertencias a lo largo y a lo ancho del mundo”, opinó el diputado nacional de Unión por la Patria. No fueron pocos los que le recordaron al ex compañero de fórmula de Sergio Leavy que para preocuparse por el destino de los fondos públicos tuvo su momento.

Por su parte, el senador nacional Juan Romero adujo: “Vengo diciendo desde hace más de 10 años, desde que el sistema electrónico empezó en Salta, que no era confiable, y sigo sosteniéndolo”. La afirmación del senador, no obstante, no fue tan tajante cuando sus dos hijos fueron elegidos como diputado provincial e intendenta con el mismo sistema. Todo apunta a que el resurgimiento forzado del debate en torno a la Boleta Única Electrónica se enmarca en la contraofensiva del romerato tras el escándalo judicial por el vaciamiento de los galpones municipales.

¿Qué dicen los expertos?

Existen críticas por el sistema de recuento electrónico de los votos. Beatriz Busaniche, miembro de la Fundación Vïa Libre, opinó que “el sistema no es auditable sin diversos y amplios conocimientos de sistemas informáticos”, y que “los presidentes y fiscales quedan totalmente imposibilitados de cumplir su rol de contralor”.

La investigadora de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del Conicet, María Inés Tula, destacó que los fiscales “pueden actuar, y corroborar que cada BUE que pasa individualmente por el lector muestre igual información (digital e impresa) en ese momento”.

“El voto papel sigue estando, sigue habiendo una boleta que se imprime en texto claro”, mencionó Sergio Angelini, el CEO y Presidente de Magic Software Argentina (MSA, empresa a cargo del software para estas elecciones), y señaló que lo único diferente de la boleta “es que tiene un soporte electrónico para poder facilitar la lectura más rápido”.

Marcelo Bermolen, director General de Reforma Política del Gobierno de la Ciudad, precisó a Chequeado la forma en que se realizará el recuento de votos: “Una vez finalizados los comicios, se abren las urnas y se cuenta la cantidad de boletas para que coincida con las personas que efectivamente votaron. Luego, el presidente de mesa cambia la máquina donde se imprimieron los votos a un modo de escrutinio, y se van pasando las boletas de a una para que lea los chips que poseen, mientras los fiscales también controlan que el voto que suma la máquina coincida con el que tiene impreso”.

Salta, caso testigo

En Salta, por ley, el Tribunal Electoral de la Provincia debe hacer una auditoría para corroborar que “el sistema informático utilizado ha funcionado correctamente”, mediante el escrutinio manual (como se realiza hoy) del 5% de las mesas por municipio, elegidas por sorteo, y su comparación con los resultados electrónicos. Bermolen señaló que es una decisión del Tribunal Superior de Justicia si en la Ciudad se realizará una auditoría similar, y de qué porcentaje.

Entre los aspectos a tener en cuenta, Siri puntualizó que “el software sobre el que operan las terminales debería ser de código abierto y disponible para el escrutinio de cualquiera. Por otro lado, también es una implementación que se basa en el uso de chips RFID, y existe documentación que señala la posibilidad de vulnerar la información contenida en estos chips”.