Descanso y reuniones es el plan de Macri para su estadía en la Angostura. El presidente llegó ayer al country Cumelén, donde se quedaría hasta el 7 de enero.

Con el objetivo de dejar atrás de manera definitiva una semana llena de tensión y violencia, el presidente Mauricio Macri llegó ayer con su familia al paradisíaco country Cumelén, en Villa la Angostura, lugar en el que pasará fin de año. El objetivo será doble: por un lado, despejar la mente y compartir tiempo con los suyos luego de la incertidumbre que acompañó la discusión de la reforma previsional en el Congreso, y por otro aprovechar el verde y las instalaciones del espacio para sostener reuniones de trabajo.

«Va a descansar, pero también tendrá actividades allá», confirmaron fuentes cercanas al mandatario. Además de dirigentes locales de Cambiemos, la gobernadora María Eugenia Vidal -que pasará unos días en la misma villa- y el gobernador neuquino, Omar Gutiérrez, son algunas de las citas posibles del Presidente, que podría extender su estadía hasta el domingo 7 de enero.

En coincidencia con su llegada, fuerzas nacionales y provinciales prepararon medidas de seguridad con el objetivo de que nada perturbe la tranquilidad del Presidente; su esposa, Juliana, y la hija de ambos, Antonia, que llegaron a Cumelén pasado el mediodía por vía terrestre desde el aeropuerto de Bariloche, en Río Negro.

La cercanía del country con la zona de Villa Mascardi, tomada por Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) y donde murió hace exactamente un mes el joven Rafael Nahuel durante un operativo de la Prefectura, es motivo de preocupación de quienes se encargan de la seguridad presidencial.

«No hay demasiados cambios. De la seguridad se encarga la Casa Militar, con colaboración de la Policía Federal y las locales», afirmaron desde la Secretaría General de la Presidencia y el Ministerio de Seguridad. Durante el traslado terrestre, el grupo especial GEOP del gobierno rionegrino se encargó de la seguridad presidencial, confirmaron las fuentes oficiales.

Macri pasó la Nochebuena en su quinta Los Abrojos, de la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas. Desde allí envió un mensaje vía redes sociales que combinó la política con las fiestas navideñas. «Con Juliana [Awada] queremos mandarles un beso enorme, desearles Feliz Navidad y decirles que tuvimos un año donde todo nos cuesta, pero vale la pena; estamos haciendo lo que había que hacer», dijo el primer mandatario, que también se permitió reconocer algún exceso alimentario en la noche del domingo.

«Espero que hayan recibido algún regalito lindo. Yo recibí ropa de deportes; me encantó. Lo único malo es que, como siempre, son noches en la que uno come demasiado; me comí como medio kilo de turrón», afirmó el Presidente, que no descansará del todo en un verano distinto.

Fuente: La Nación