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Unos ganan, otros pierden

Expectativa entre empresarios y alerta en los sindicatos por las reformas que anunció Dujovne. Desde la UIA apoyan la iniciativa del ministro para revisar los impuestos al trabajo y reducir costos; la CGT teme que se desfinancie la seguridad social.

Sin dar muchas precisiones y con señales ambiguas, el flamante ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, abrió un debate inesperado entre empresarios y sindicalistas al ventilar en dosis homeopáticas su estrategia tributaria para bajar la informalidad laboral y reducir, además, el llamado «costo argentino».

Para los empresarios, la intención de Dujovne de revisar los impuestos al trabajo y al cheque, entre otros, sería un alivio tributario, lo que generaría nuevos contribuyentes, ayudaría a generar empleo en blanco e impulsaría la competitividad con relación a otros países.

«La proporción de la carga impositiva en relación con el salario de bolsillo es muy grande y atenta contra la formalidad. Es ridículo», dijo anteayer Dujovne. Si bien el funcionario no abundó en cómo sería la eventual reforma, fuentes oficiales y gremiales adelantaron a la nacion que lo que se evalúa es reducir los aportes patronales para las pymes. Sería apenas un primer paso e iría en el mismo sentido que el proyecto de ley del oficialismo sobre «primer empleo», que no logró en 2016 sortear el filtro de la Cámara de Diputados.

Los gremios siguen con desconfianza las primeras definiciones de Dujovne y advierten sobre los riesgos que tendría una eventual baja en las cargas sociales: alertan de un posible desfinanciamiento de la seguridad social y que se generaría una suerte de discriminación, con «empleados clase A y otros clase B».

«No se puede llamar ridículo al financiamiento de la seguridad social. Es salario diferido. Financia la salud de los trabajadores y el PAMI.No esquivamos el debate, pero no puede haber diferenciación entre trabajadores», argumentó Héctor Daer, uno de los integrantes del triunvirato de mando de la CGT y diputado nacional del Frente Renovador, que encabeza Sergio Massa.

Andrés Rodríguez, jefe de los estatales de UPCN e integrante de la mesa chica de la CGT, refutó que la baja de las cargas sociales sea el camino para combatir la informalidad laboral. Recordó que el menemismo y el kirchnerismo impulsaron beneficios similares para las pymes, y que así y todo no se logró reducir el empleo en negro. «Por ahora, lo que dijo Dujovne es tan abstracto que no se sabe de qué se trata. Se intentó en los 90 y con el kirchnerismo, y no funcionó. Habría que revisar la policía laboral y sumar más inspectores en las provincias», aconsejó Rodríguez como receta para combatir la informalidad. En los próximos meses, el Gobierno podría anudar un convenio con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para reforzar la inspección.

«Es bueno lo que dijo Dujovne», aclaró José Urtubey, director de Celulosa y vocal de la Unión Industrial Argentina (UIA). «Me parece que a menor presión tributaria se va a ampliar la base de contribuyentes. Ésa es la mejor forma de combatir la informalidad», agregó. Y afirmó que sería preciso eliminar el impuesto al cheque, premiar las nuevas inversiones y ajustar los balances de las empresas por inflación. Otros empresarios reclaman además un trabajo sobre los ingresos brutos, que el Gobierno debe coordinar con los gobernadores, y la eliminación de impuestos internos.

Según un documento que presentó hace unas semanas Daniel Novegil, CEO de Ternium, frente al ministro de Producción, Francisco Cabrera, el costo laboral medido en dólares por hora-hombre mejoró entre 2015 a 2016 gracias a la devaluación de comienzos de año. Sin embargo, ese número es de US$ 16,4 en el país, cuando en Brasil es de US$ 11,5 y en México, de US$ 7,1. Brasil y México son países industriales como la Argentina. «Una de las grandes preocupaciones es el tipo de cambio, donde hay una apreciación y el costo laboral», afirmó entonces Novegil, que sumó un dato sobre el costo argentino que tanto preocupa a los empresarios, en este caso sobre la logística: «Traer piedra caliza de San Juan a Buenos Aires sale 30 dólares la tonelada. Desde Canadá cuesta 13 dólares».

Justamente, Dujovne es un crítico de los costos internos del transporte. Es decir, de la logística. Por eso, Pablo Moyano, número dos del gremio de los camioneros, ya salió al cruce del nuevo ministro. «Si dijo que hay que bajar los costos laborales del transporte, eso no es más que manifestar que la variable de ajuste son los trabajadores», evaluó el hijo de Hugo Moyano.

El tributarista César Litvin estimó que «las bajas de impuestos laborales se compensarían parcialmente con la mayor base de imposición que generan los activos que entraron al blanqueo, que pagarán Bienes Personales y Ganancias sobre las rentas». Y dijo que podría alentar inversiones.

También aplaudió los dichos de Dujovne José Ignacio de Mendiguren, industrial textil y actual diputado massista. E insistió en convocar a un consejo económico y social.

Fuente: La Nación