Julio Romero es albañil y espera desde hace un mes y medio tener una audiencia con el titular del IPV. Desde el organismo optaron por amenazar con dar de baja su ficha por encontrarse ocupando un terreno.
Cerca de las 6 de la mañana, Julio Romero se encadenó a las puertas del Instituto Provincial de la Vivienda junto a su esposa y cosió su boca con alambre en reclamo de una solución habitacional. El joven albañil se encuentra ocupando un terreno en Barrio Los Paraísos. Esta tarde estaba previsto que sea desalojado junto a sus tres hijos por lo que decidió tomar esta drástica medida.
Lejos de sensibilizarse con la situación, desde el Instituto Provincial de la Vivienda advirtieron a Romero que, de seguir con la usurpación del terreno, darán de baja su ficha de inscripción por el término de 10 años.
Romero y Silvia Herrera participaron de dos sorteos desde septiembre de 2018 a la fecha, pero no fueron adjudicados. El terreno en cuestión, comunicaron desde el organismo, se encuetra en proceso de desadjudicación. En caso de recuperarse la vivienda, tendrán prioridad los casos especiales y/o antiguos.
El presidente del IPV se encontraba esta mañana en Orán en un acto de entrega de 12 viviendas, por lo que fue atendido por el Coordinador de Áreas, Esteban Garcia Bes y el encargado de la oficina Inclusión habitacional, Pablo del Pin.