Urtubey lee Cuarto Poder a medias. En una nota de este medio de diciembre de 2012, señalamos los beneficios de estatizar los juegos de azar. Esta semana el gobierno hizo como que los estatizaba pero sólo quitó el negocio a EnJaSa para dejarlo en manos de otras empresas: EnJaSa sólo era intermediaria (DOM).
En una entrevista televisiva de 2011, el conductor Javier Lamas leyó este mensaje para el gobernador: “A través de Facebook dicen ‘estimados ¿le preguntan al Gobernador si sabe algo del sector de juegos de azar, hay intención de que ingrese algún grupo empresario o sigue solamente ENJASA?” Juan Manuel Urtubey, en esos estudios donde se siente como en casa -gracias a la abultada pauta- respondió: “La ley que luego privatizó el sistema establece el monopolio del grupo, no permite abrir el juego. Ojo, creo que también tenía un plazo pero la verdad que hasta ahora yo no le he visto ninguna cosa que modifique esto”.
El detalle que el gobernador dijo haber olvidado en esa entrevista no era menor: el plazo de la licencia de EnJaSa era de 30 años contados a partir del día de su inscripción en el Registro Público de Comercio, en el 2000. Dos años después de esa entrevista, el gobierno decidió prestar atención a los juegos y le arrebató a EnJaSa el monopolio del juego, sólo para distribuir el curro entre más empresas.
La historia
La relación entre el gobierno y EnJaSa tuvo tres etapas. La primera -la de hacer como que no pasa nada- ocupó los primeros tres años del gobierno de Urtubey. Y esta etapa sólo se hizo visible, gracias al inicio de la segunda: el 16 de diciembre de 2010 el gobierno hizo un anuncio que la prensa en general reprodujo con el mismo optimismo o aire de triunfo: el Ministro César Loutaif presentó ese día el Sistema de Control Online – Real Time, instalado en las máquinas tragamonedas de casinos y salas de juegos del interior provincial, con el objetivo de “mejorar la gestión, control y fiscalización del juego en Salta”. Ese anuncio hay que leerlo por lo que calla: hasta 2010 nadie sabía cuánta plata ganaban los casinos con las máquinas tragamonedas, pues había que confiar en lo que ellos decían que ganaban. Asimismo, el Ministro dijo que se cambiaría el canon que pagaba EnJaSa: hasta el momento era un canon fijo, y desde entonces es por porcentaje: el 5% de los ingresos brutos.
“Gracias a la renegociación del contrato con EnJaSa se quintuplicaron los ingresos de esa empresa a las arcas de la provincia”, dijo el ministro de Desarrollo Económico, Julio César Loutaif. El monto fijo que pagaba EnJaSa desde 2005 era de 5 millones de pesos, mientras que con la implementación del porcentaje abonó en ese primer año 24 millones de pesos.
El anunció del actual Ministro de Gobierno, realizado en tono de revolucionario o al menos en un tono kirchnerista de miren-cómo-nos-metemos-con-los-ricos en realidad no fue más que un reformismo tibio: la mayoría de los casinos del país pagan porcentajes mucho más altos en otras provincias.
La tercera etapa empezó esta semana, con el ministro Parodi convocando a una conferencia de prensa para anunciar, con renovada pompa, una falsa estatización, desmentida raudamente por el mismo primer mandatario: “Recordemos que originalmente cuando se sanciono la norma lo que se preveía era obviamente que era esta sociedad la que iba a explotar, hoy ENJASA no exporta absolutamente nada, tiene tercerizado el 100% de la acción, por eso el ciudadano, el trabajador del sector, y aquel que participa del juego no va a tener ningún problema porque va a seguir todo igual, lo único que se termina es la intermediación, en vez que esa intermediación quede en una empresa privada, esos aportes van al Gobierno, crecen los recursos para esencialmente ayer lo anunciaba el Ministro, políticas alimentarias y políticas sociales”, dijo Urtubey en la semana.
La palabra “estatización” parece que genera tanto pánico entre los funcionarios de este gobierno que Urtubey tuvo que repetir que no se estatiza nada. “En realidad qué es lo que pasa, los operadores van a seguir siendo privados como son hoy, pero el que concede no va a ser una empresa privada sino la propia Provincia”, dijo en una entrevista.
Un movilero, que seguía sin entender, le preguntó: ¿Definitivamente o en algún momento se va a volver a tercerizar?
Y Urtubey respondió: “No, está tercerizada y va a seguir tercerizada, pero el que concede va a ser el Gobierno y no la empresa privada”.
La medida beneficiará poco a la provincia y sólo ha sido una puesta en escena de un gobierno que no cree en los hechos, sino en sus apariencias.
Periodismo de anticipación
En la nota publicada por Cuarto Poder en 2012, se puede leer: “Una fantasma recorre las salas de juego del país: el fantasma de la estatización”.
El que buscaba la estatización era Daniel Scioli, gobernador de Buenos Aires. El proyecto en realidad era de un diputado de la Coalición Cívica, quien había calculado que en los 14 años que llevaba de privatización el juego, la provincia de Buenos Aires había dejado de ganar casi 84 mil millones de pesos (la comparación puede servir para comprender mejor la magnitud de ese monto: lo que no se recaudó es 7 veces superior al presupuesto general de Salta para 2013).
La nota hablaba de los grandes beneficios que tendría Salta con una medida así: unos 400 millones anuales extras de ingresos. Además se llegaba a esta conclusión: “En Salta el fantasma de la estatización es demasiado lejano. Demasiado inverosímil: no da miedo, sino risa. Los empresarios saben que van a seguir pagando ese monto burlesco. Muy por debajo de lo que tributa, por ejemplo, el campo. Los casinos, en Salta, pagan incluso menos impuestos que los mismos trabajadores (con el impuesto a la ganancia, un trabajador que percibe hasta $ 10.000 paga una alícuota del 9%; el que percibe más, el 14%… los porcentajes llegan hasta el 35% a medida que se incrementa el sueldo)”.
Durante la conferencia de Parodi sólo por unos segundos se pudo creer que se animarían a patear en serio el tablero. Pero ha sido puro teatro, vendetta de por medio, que no modificará la realidad de los salteños.