La muerte de un niño en un parque acuático de Cerrillos ha llevado a SUGARA a denunciar las deficiencias del sistema y las precarias condiciones laborales en el sector.
La muerte de un niño de seis años en un parque acuático de Cerrillos ha puesto de manifiesto la falta de regulación de los guardavidas en Salta. Según Nicolás Guerra, presidente de SUGARA, la provincia no ha adherido a la ley nacional que regula la profesión, lo que genera una falta de protección tanto para los trabajadores como para los usuarios de piscinas y espejos de agua, públicos y privados. Si bien la Cámara de Diputados provincial dio media sanción a la adhesión a la ley nacional (27.155), el Senado aún no ha tomado ninguna medida.
Nicolás Guerra, presidente de la Asociación de Guardavidas y Rescate de Salta (SUGARA), ha destacado la crítica situación que atraviesa el sector debido a la falta de apoyo estatal. Esta situación, según Guerra, se refleja en la drástica disminución del número de afiliados a la asociación, pasando de 70 a poco más de 20 en la actualidad. Años de precariedad laboral, con salarios insuficientes para cubrir la canasta básica familiar, han obligado a numerosos guardavidas a abandonar la profesión en busca de mejores oportunidades económicas. Esta situación de abandono, según Guerra, ha contribuido a la falta de profesionales capacitados y comprometidos con la seguridad de los usuarios de espacios acuáticos.
Sin embargo, Guerra también reconoció algunos avances en las condiciones laborales del sector, atribuyendo estos logros a las políticas implementadas por el actual intendente de Salta, Emiliano Durand. Estas mejoras, aunque significativas, no son suficientes para paliar la profunda crisis que afecta al sector y que se ha visto exacerbada por el reciente fallecimiento de un niño en un parque acuático de Cerrillos.
En relación al trágico incidente en Cerrillos, Guerra aclaró que ninguno de los guardavidas afiliados a SUGARA se encontraba trabajando en el parque acuático en el momento del accidente. Por lo tanto, la asociación carece de información precisa sobre las condiciones laborales y el personal presente en el lugar durante la tragedia.
El hecho refuerza la necesidad urgente de implementar una legislación provincial que regule la actividad de los guardavidas, estableciendo estándares mínimos de seguridad, capacitación, y remuneración, para así proteger tanto a los profesionales como a los usuarios de piscinas y espacios acuáticos en toda la provincia. La falta de esta legislación, según Guerra, deja a la población vulnerable y expone a los guardavidas a condiciones laborales precarias e inseguras.