La “obligatoriedad” de instalar a los vendedores ambulantes en el Campo de la Cruz, lejos de los colectivos y de la Catedral a la que concurren miles de personas cada día, enojó a los feriantes. Los vecinos del barrio 20 de Febrero también están molestos con la medida.

La intendenta Bettina Romero logró enojar a todos al disponer que los vendedores ambulantes de la ciudad no puedan vender sus productos durante el tiempo del Milagro en el centro ni en el parque San Martín.

Apelando al “orden” en la ciudad, la intendenta dispuso que todos los feriantes fueran instalados en un lugar de difícil acceso a dos cuadras de donde se realizará el Pacto de Fidelidad.

Para ello, firmó un convenio de mutua colaboración con el Ejército, que le permitirá usar el Campo de la Cruz a cambio de arreglar el cordón cuneta y los juegos deportivos, algo por lo que ya pagan los vecinos de Salta con sus impuestos.

Según lo anunciado por la interventora de Espacios Verdes, Susana Pontussi, más de cien personas presentaron el formulario para instalar un puestito en el Campo de la Cruz y así hacerse con unos pesos, aunque la nueva ubicación, lejos de flujo de colectivos, no los conovence.

“Por la San Martín pasan todos los colectivos y la gente, después de rezar la novena, aprovecha para comprar alguito antes de tomarse el ómnibus”, expresó uno de los feriantes que además señaló que “en el Campo de la Cruz sólo vamos a vender el día de la procesión, con suerte”.

Por su parte, los vecinos del barrio 20 de Febrero están indignados con por la cantidad de feriantes que se instalarán desde hoy y hasta el 16 de septiembre en un predio dedicado a la vida sana. “Este es un barrio tranquilo y a este campo viene gente a hacer deportes. De repente nos veremos invadidos por carritos, olor a fritura y comida. Es un desastre lo que está haciendo la intendenta”, expresó una señora cuya vivienda se encuentra ubicada en calle Aniceto Latorre, justo frente al campo.