El tablero político de Salta entró en convulsión, tal como se esperaba cuando se adelantaron las elecciones locales y se suspendieron las primarias. Todos danzan según los compases que impone Finca Las Costas. Una elección que no admite más de tres competidores se ha dividido en cinco, y dos de ellos apoyan al Gobernador. La reelección está demasiado cerca para Sáenz a pesar de la crisis. 

Los adelantados.

Faltan 40 días para armar alianzas y 50 para presentar las listas de candidatos. La decisión de suspender las PASO fue el golpe más demoledor que recibió la oposición y el que la condena a la derrota. Los críticos no lograron detonar una resistencia voluminosa que lastimara al gobierno de Sáenz y el armado de un conglomerado que permitiera polarizar la elección se esfumó. Todos están resignados y juegan a instalarse para el 2027. 

En medio de la tristeza por no poder ser más de lo que son, los primeros adentrarse a las aguas profundas fueron Emiliano Estrada junto a Carlos Zapata y los hermanos Biella. No tienen bases de coincidencia sólidas, pero tienen objetivos que se cumplirán con vistas a la sucesión de un gobierno que indefectiblemente abandonará el poder dentro de cuatro años. El diputado nacional camporista y ex Ministro de Economía de Juan Urtubey dice conformarse con el liderazgo del mayor espacio opositor que exista contra Sáenz; a Alfredo Olmedo le basta con edificar una estructura política que lo devuelva al Congreso Nacional arrastrado por Javier Milei; y Felipe Biella con posibilidades reales de competir contra una debilitada Bettina Romero –si fuere una sola lista- o con el saencismo dividido en dos si se suma Emiliano Durand a la partida.

Con el asesoramiento del encuestador Julio Pizzeti informan a quien quiera saber que el Gobernador no llega a los 28 puntos de intención de voto y que los 8 puntos de Estrada pueden multiplicarse porque los comicios siempre se han polarizado entre los candidatos de los dos frentes importantes.

Ni juntos, ni con cambios.

En Juntos por el Cambio los radicales y dirigentes del PRO han sufrido el impacto de una división que los sitúa por debajo de las expectativas más pesimistas de los gurúes de Buenos Aires, que son los que mandan de la peor forma en esta tierras del norte. Dinamitados, divorciados, separados y desencantados esta dirigencia no garantiza más que resquemores, celos y críticas pero poco aportan en territorio y carecen de figuras emergentes.

Con un conductor gastado y especulador como Miguel Nanni, y un liderazgo paralelo ejercido por la inexperta Inés Liendo, no se advierte sinergia, ni proyección de sumatorias, sino todo lo contrario. Cumplirán con presentar una fórmula que contenga a un electorado conservador que quiere que su voto sea útil y sabe que perderán.

Las pequeñas estructuras de la UCR y los partidos pequeños y dispersos de JxC se han dividido en tres pedazos (filosaencistas, filoestradobiellistas y ortodoxos) y encuentraronn la fórmula para aprovechar la franquicia que parece, de conducirlos de nuevo a la Casa Rosada, solamente abrirá cargos nacionales que se repartirán con la misma mezquindad que en 2015.

Extorsiones en Limache.

Los que todavía no definieron que harán son los romeristas, a quienes pocos quieren pero muchos les temen. El tiempo se les acaba y los de JXC más duros quieren firmar de inmediato el acta constitutiva del frente para excluir a Bettina Romero de cualquier candidatura antes de que su padre Juan Carlos regrese de sus vacaciones anuales. 

Es que ya se ha ventilado que en reuniones de FUNDARA aseguraron que antes que competir con Emiliano Durand se irán al frente macrista a perder decorosamente. Por si las moscas, José Gauffin ya adelantó que peleará por la intendencia, en un intento de que los hechos consumados contribuyan a una ruptura con la familia que mora en Lesser pero extorsiona en Limache.

Como si se les fuera la vida operan para que el polifacético Emiliano Durand no salga de candidato a intendente por la capital. De postularse el senador capitalino adoptarán la represalia, que abarcaría desde la salida del saencismo con tonos críticos hasta la multiplicación de las operaciones cotidianas del diario familiar para exponer lo peor de la gestión de Sáenz. 

Algún encuestador se ha mostrado sorprendido por las reacciones que genera la alcaldesa en los más variados ámbitos. Mientras consideran normal el reparto entre imagen negativa y positiva entre los dirigentes políticos, no logran explicarse por qué Bettina tiene un adicional de rechazo. Por lo visto los salteños a Bettina no la quieren, y punto.

Frente de los que quedan. 

Otro sector al que la coyuntura local lo ha desacomodado es al Frente de Todos. Con gran parte de su dirigencia en fuga hacia el saencismo, Sergio “Oso” Leavy intenta acordar la preservación del tinglado dirigencial que lo acompañó en 2019 y que defeccionó apenas ingresó el nuevo gobierno.

Lucas Godoy, Franco Hernández Berni, Gustavo Solís, Ramón Villa, Ivan Mizzau, entre otros, conversan detrás del telón y aseguran que podrían aterrizar en el oficialismo siempre que se les garantice competitividad o supervivencia.

Lo que ha quedado claro es que Estrada los ha dejado solos y que el longilíneo legislador nacional ya ha duplicado sus niveles normales de traición, considerando que también ha desilusionado a los intendentes saencistas con los que bajó los famosos ATN (Aportes del Tesoro Nacional) en la elección de 2019 y que nunca serán rendidos.

Oficialismo en crisis.

El oficialismo, es cierto, padece la peor crisis desde que asumió en diciembre/19. La salud y los servicios públicos han contribuido a una devaluación vertiginosa de la gestión de Sáenz. 

Aguas del Norte no consigue entregar agua potable en el norte hace casi dos meses, y las obras públicas que se habían prometido no aparecieron hasta ahora. EDESA tampoco no mostró mejorías de su servicio en el norte provincial con demasiados cortes y cambios de tensión, a lo que se sumó la segmentación instrumentada por Nación y que castigó los bolsillos de la clase media y alta. 

Un acampe contra la concesionaria sospechada de tener participación accionaria del urtubeycismo, comandado por dirigentes del Partido Obrero y alentado por oficialistas y opositores, se expandió a todo el norte y amenaza con seguir complicando la imagen del gobierno que ha reaccionado velozmente prometiendo tarifas diferenciales que ahora quieren todos los salteños.

Desde que el Gobernador tomó los problemas en sus manos los resultados comenzaron a aparecer, y las obras también, pero la crisis ha mostrado que el gabinete es su debilidad electoral. Los ministros venden mucho en los despachos pero poca gestión agreditan. Dib Ashur ha cometido el error de reiterar que la provincia tiene superávit financiero pero nunca hizo aparecer los fondos para dar velocidad a las obras en el norte. Sergio Camacho anunció demasiadas veces inversiones de miles de millones que en gran medida no se ejecutaron. Ricardo Villada no apareció en ningún conflicto para amortiguar los golpes dirigidos al gobierno y quedó la impresión de que Sáenz está solo y que varios le redactan un diario negacionista como le hacían Hipólito Yrigoyen hace más de un siglo. 

A pesar de todos los problemas que ha tenido que afrontar este gobierno provincial, y de encuestas que con verdad o mentira hablan de una crisis profunda, todo parece indicar que la torta electoral se dividirá en cinco partes (Frente de Todos, Juntos por el Cambio, Avancemos, Unidos por Salta y Gana Salta), dos de las cuales son los frentes que asegurarán la reelección de Sáenz. 

Sin margen para castigar a algunos amigos que ocupan cargos importantes pero no lo ayudan, el primer mandatario juega casi solo con su astucia e intensidad. Cada semana tiene un anuncio importante para dar por sus gestiones en Buenos Aires que no han parado nunca, y también busca el cara a cara con dirigentes propios y extraños. Sabe que tiene dentro del gobierno dirigentes que juegan la personal y están cerca de la traición.

Electoralmente más pícaro que el resto, el gobernador ha dividido el escenario como quiso y no tiene un competidor de su talla. Es que el escenario político local no muestra estrategas de valía, salvo Juan Carlos Romero que con pocas cartas ha logrado vender apoyos escuálidos mientras a diario sabotea a su socio más importante. Ha logrado resultados fantásticos para su familia, pero no para los salteños.

El 14 de Mayo tiene un virtual ganador y no es otro que Sáenz.