Transcurrida la primera semana del Juicio por la violación y muerte de las turistas francesas, uno de los imputados se declaró inocente y denunció torturas, un testigo aseguró haber escuchado disparos en la Quebrada y otro testimonio creyó que las turistas se habían ido a una “fiesta vip”. (Garrik)
Los jueces de la Sala II del Tribunal de Juicio, Ángel Amadeo Longarte, Bernardo Antonio Ruiz y Carlos Héctor Pucheta, fueron los encargados de dar comienzo, al martes por la mañana, al debate oral y público que se sigue contra los acusados Daniel Vilte, Gustavo Lasi y Santos Clemente Vera, por la violación y homicidio de las turistas francesas, Cassandre Bouvier y Houria Moumni, ocurrido, supuestamente, el 15 de julio del 2011. Como así también la participación de Omar “pajarito” Ramos y Antonio “chato” Sandoval, por encubrir el hecho. El debate se está llevando a cabo en el Salón de los Grandes Juicios de la Ciudad Judicial, y en el mismo, se prevé, declararán 212 testigos, entre ellos 90 policías de la Brigada de Investigaciones. Antes de narrar lo más relevante que hasta ahora va dejando el juicio, haremos un breve repaso de los acusados y las pruebas en su contra.
El guía turístico Lasi, el changarín Vilte y el jardinero Vera llegaron al juicio acusados por doble homicidio calificado criminis causa, con abuso sexual agravado y robo calificado. Criminis causa es aquel homicidio que tiene por propósito ocultar otro delito, asegurar su resultado y lograr impunidad. Si el móvil del hecho fue el abuso sexual, entonces fue este el delito que se intentó resguardar.
Las pruebas
Las pruebas determinantes para la acusación fueron: los resultados de ADN, los objetos robados a las turistas y las declaraciones de los imputados. Veamos qué fue lo que lo comprometió a cada uno.
El más complicado de todos es Gustavo Lasi, ya que las pruebas en su contra son las más claras. En primer lugar los estudios de ADN demostrarían que abuso de las chicas. Por otro lado la cámara de fotos y el celular que les habría robado a las francesas y regalado a su novia, más la activación que hizo del celular con un chip de su pertenencia el día del hecho lo plantan en la escena del crimen. Encima, el rifle calibre 22 con el que las habrían ejecutado era de su familia. Y por último su confesión.
Lasi contó que el 15 de julio a la tarde subió hacia la Quebrada solo, con su rifle, porque pensaba ir a cazar. Dijo que en el camino se encontró con los otros dos acusados y los tres siguieron juntos, aunque él se retrasó. Cuando llegó al mirador, vio a Vilte y a Vera arrastrar por la fuerza a las dos turistas francesas hacia una zona de arbustos y abusar de ellas. Luego, aseguró que ambos salieron, le pidieron su arma y prácticamente lo forzaron a violar a una de ellas. Después, él se retiró del lugar sin su arma y dijo que ni siquiera oyó tiros.
Con respecto a Santos Clemente Vera, un análisis de ADN practicado en la Universidad de Buenos Aires lo involucra (aunque en pruebas posteriores practicadas en París y en la Fundación Favaloro el ADN de Vera no aparece). Además el testimonio de Lasi lo situó en la escena del crimen. Vera negó su participación en el hecho asegurando que estaba en otro lugar cuando ocurrió. Recordemos que él es un trabajador rural y baqueano que colaboró con la policía en la búsqueda de elementos de prueba para la misma causa en la que hoy está preso.
En cuanto a Daniel Vilte, la prueba que más lo compromete surge del relato que Lasi hizo de la tarde del crimen. El día de la reconstrucción del hecho, mientras Lasi contaba la versión frente a los otros dos acusados, dicen que Vilte le gritó: “Dejá de mentir”. Vilte fue uno de los primeros detenidos que tuvo la causa, negó desde el primer momento su participación diciendo que en la presunta hora del crimen estaba viendo televisión. Además Vilte fue quien quiso vender en 500 pesos el arma calibre 22 con el que se dispararon algunas balas que estaban bajo el cuerpo de una de las víctimas. Con respecto a Ramos y Sandoval, ellos quedaron “pegados” luego de pasarse el arma homicida hasta esconderla.
Según el juez de la instrucción, Martín Pérez ahora ascendido a camarista, dijo que en su momento el móvil fue la violación. “Por las circunstancias de modo, da la impresión de que primero fue el abuso sexual y después eso derivó en las otras conductas, tanto la del robo como la de la muerte de las chicas”, afirmó Pérez ante la prensa.
Lo que hay
Hasta el momento, no hubo demasiadas sorpresas en el debate. Además de la declaración emotiva del padre de una de las víctimas, Jean Michel Bouvier, el único de los imputados que declaró fue Vilte, y sus dichos acerca de su inocencia fueron consecuentes con lo que declaró desde el primer día.
El odontólogo Federico Mainoli dijo que el sábado 16 de julio de ese año fue a caminar con unos amigos como lo hacía siempre, por la Quebrada de San Lorenzo hacia Castellanos. “Me llamó la atención que hacia el monte, había una carpa. Estaba sin movimiento, cerrada”. “Llegamos a un punto llamado el Abra del Cuervo o el Abra de Nicolás, donde hacia abajo vive la Flia. Sarapura. Los puntos que indicó no están cerca del Mirador”, aclaró. Mainoli continuó diciendo: “Fuimos hacia el río Castellanos. Escuchamos tres disparos en un lapso de 10 o 20 segundos, eran provenientes de la zona sur, por el ruido parecían de un arma de bajo calibre. Pensamos que eran cazadores, después nos fuimos y no pasó nada más. Finalmente por las noticias supimos del crimen”.
Otro testigo, un empleado de “Puma Expeditions” sorprendió a todos al declarar que vio descender a dos jóvenes parecidas a las víctimas y tras pedirles el ticket, ellas le dijeron “Francia”. “Eran flacas, vestían como turistas y eso me llamó la atención, porque una tenía borceguíes para hacer trekking”. Además, reconoció que el 15 de julio de 2011 llenó la planilla de los 103 concurrentes al predio, pero aseguró que 15 no fueron registrados a la salida (entre ellos Bouvier y Moumni). Finalmente comentó que al enterarse de las muertes, supuso que las jóvenes habían participado “en una fiesta vip del barrio privado (Buena Vista)”, cuya conexión con El Mirador “es de unos 100 metros”, recalcó.