Se realizó la primera inspección en el pozo donde un testigo afirmó que tiraron el cuerpo del salteño Daniel Solano. Los peritos mencionaron que el lugar estaba “alterado” y que había un “olor nauseabundo”. En un primer momento el juez Julio Martínez Vivot, había negado que se realice la inspección.

Con el juez Julio Martínez Vivot al frente del operativo, ayer a la mañana se llevó a cabo la inspección ocular en el jagüel abandonado, sitio identificado en noviembre pasado por un lugareño como el lugar donde se encuentran los restos de Daniel Solano, informaron medios del lugar.

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Gracias a una cámara HIK Vision TIV 700, con 40 metros de visión nocturna, los peritos pudieron observar a través de un monitor el estado del pozo que se encuentra revestido con hormigón. La cámara llegó hasta los 52 metros de profundidad de un total que tiene el jagüel, que es de 88 metros. «Era lo que pretendíamos; es decir, ver el estado de las paredes y si éstas se encontraban descalzadas», indicaron fuentes extraoficiales. A través del monitor se podía observar claramente el espesor del hormigón de las paredes.

Además de Martínez Vivot informó el sitio Rio Negro, estuvieron los fiscales Guillermo Bodrato y Daniel Zornitta, el geólogo Alberto Caselli y el ingeniero Néstor Gamarra (peritos), los abogados Leandro Aparicio y Sergio Heredia (representantes de la familia Solano), Gualberto Solano, Ariel Ríos (el perito que manejó los equipos de video y fotografía), los jagüeleros Julio Alvarado y Nicolás García, oficiales de justicia; y Sandro Segatori (arrendador del campo).

Distintos medios de prensa del Valle Medio y varios integrantes de la Comisión de Apoyo a la Familia Solano se instalaron frente a la tranquera de acceso al campo. Luego de deliberarlo, el juez Martínez Vivot autorizó el ingreso de los periodistas al lugar donde está el jagüel, que habría sido construido en 1904.

Cerca de las 14 –tres horas después de iniciada la labor–, el juez Martínez Vivot y los peritos dieron por finalizada la inspección y no realizaron declaraciones. Caselli y Gamarra tendrán siete días para presentarle al juez un informe detallado del pozo y si éste resiste los trabajos de limpieza del fondo para que los antropólogos puedan realizar allí sus tareas de búsqueda de pruebas.

Una vez que cerraron el pozo con chapas, postes y alambres de los que disponían, celebraron un encuentro final y redactaron un acta de lo actuado. «Quiero dejar constancia del olor nauseabundo que despidió la cámara cuando la saqué del pozo», comentó Ríos. Por su parte, Segatori aclaró que «no me responsabilizo del estado del jagüel ya que no estoy aquí en forma permanente».

Al finalizar, Aparicio le observó al juez que «se encuentran alterados el interior y la cubierta del pozo en relación a como la vimos en diciembre y para dar crédito a esto voy a acercar las fotos sacadas en aquella oportunidad y que acreditan lo expuesto». Al retirarse del campo, los dos jagüeleros aportados por la querella aseguraron que «el pozo está en condiciones para bajar y poder limpiarlo».