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Se viene la carnicería

La interna justicialista nacional sigue a full. Aunque todos buscan reconstruir la Liga de Gobernadores que fundó Antonio Cafiero en los 80, la disputa es quién y cómo liderará el espacio. Urtubey pide que el cómo sea por elecciones partidarias directas. 

Mantenerse unidos y consolidarse como principales interlocutores de Mauricio Macri; lograr que retornen al PJ cuatro gobernadores críticos del kirchnerismo (Mario Das Neves de Chubut, Carlos Verna de La Pampa, Alberto Rodríguez Saá de San Luis y Juan Schiaretti de Córdoba) para ser en total 18; e ir a un proceso de renovación de autoridades partidarias a través del voto directo de los afiliados el año que viene es lo que pretenden los los gobernadores del peronismo. La idea, asegura el diario La Nación, es reconstruir el poder de la famosa «Liga de gobernadores», que nació a fines de los 80 de la mano de Antonio Cafiero, cuando se apagaba la estrella del alfonsinismo.

Las cosas empiezan a cambiar porque ya no quieren expulsar a los sectores más duros del Frente para la Victoria, como La Cámpora o la misma Cristina Kirchner, sino que aguardan que el paso del tiempo y el peso territorial que dicen tener harán de ordenador implacable para el fin de la época del «dedo» que sí consideran fue una marca K.

Para esos gobernadores es un interrogante qué hará Cristina. Saben sí que eligió al chaqueño Jorge Capitanich, vicepresidente primero del sello, para los menesteres partidarios. De hecho, el miércoles repasaron juntos en Olivos posibles escenarios. Para sus colegas, el estatus de «Coqui» se diluirá apenas deje la gobernación a Domingo Peppo, un sucesor que no le responde, y él asuma como intendente de Resistencia. Para La Cámpora también tienen respuesta. «Que compitan si quieren. Van a ser un actor más», anticipan.

Como están seguros que el escenario nacional marcha a la polarización del justicialismo y Cambiemos, creen que Sergio Massa no tendrá margen de acción y, por fuerza de gravedad, terminará asimilándose hacia uno u otro bando. En ese punto, reconocen, el conflicto será la Presidenta. No hay acuerdo posible con el líder del Frente Renovador -como con su aliado José Manuel de la Sota- si ella sigue siendo figura estelar.

El cambio de autoridades, dicen, debe implicar también otro estilo. Hablan de un partido «moderno» que no supone una «resistencia» de la que hablan los K. En ese punto, Urtubey es otra vez el más anti K: «Ese término es una antigüedad. No tengo nostalgia, hay que construir a futuro», sintetizó el salteño.

Para ir hacia una elección interna, contemplan primero hacer campañas de afiliación y purificar los padrones. Hoy, el PJ tiene 3.531.000 de enrolados, de los cuales el 38% corresponde a la provincia de Buenos Aires. ¿La fecha de la elección? El deseo es estirarlo a la segunda mitad del año que viene. En los papeles, en mayo vencen los mandatos.