Vedetizado, así reaccionó el renunciado presidente del IPV Fernando Alesanco que mediante una carta publicada por el portal del gobierno (Informate Salta) en donde declaró que se cansó de soportar “estoicamente” una campaña de desprestigio en su contra y pidió que se investigue y que los resultados de la investigación se hagan públicos.

La carta en cuestión lleva por título «A los salteños”. Sí… así como suena, como si se hubiera sido redactada por un prócer que está por invitar a toda un provincia a lanzarse a una aventura épica que redimirá a todos los salteños. El objetivo de la carta, por supuesto, era bien otro: que Alesanco gambetee sus responsabilidades en los escándalos que se suscitaron en el IPV y que casi siempre consistían en favorecer a funcionarios, amigos y familiares con recursos y políticas que debían estar al servicio de los miles de salteños que poseen problemas para acceder a la vivienda.

Transcribimos a continuación ese simulacro de defensa:

“A dos días de presentar mi renuncia al cargo del Presidente del Instituto Provincial de Vivienda, me veo en la obligación de profundizar los motivos que llevaron a ésta decisión.

Entiendo y entendí desde un comienzo la responsabilidad que acarrea el ejercer un cargo público. Y sé que la idoneidad, la honestidad y la transparencia en los procesos son inexcusables.

Siempre estuve dispuesto a escuchar críticas y eventualmente corregir errores o discutirlas en el entendimiento de mejorar el funcionamiento del IPV y mi propia gestión.

Desde hace mas de un año soy víctima de una campaña de desprestigio personal y profesional por parte del Diario El Tribuno. Una campaña que se basa en falsedades y medias verdades que intenta construir un relato mentiroso e injurioso. Y este relato no tiene otro objetivo que golpear en un tema tan importante para los salteños como la vivienda, para hacer política y llevar agua para su molino.

Comenzaron con mi persona. Continuaron con mi familia. Y ahora involucran en su diatriba a trabajadores del Instituto, a empresas y empresarios de bien. A empresarios que invierten y dan trabajo en nuestra provincia, a empresarios locales.

En consecuencia he dicho basta. Basta de soportar en forma estoica el ataque a mi persona y a mi familia. Basta de ser acusado por aquello que no cometí. Basta de ser víctima de la política del apriete de un diario. Y he presentado mi renuncia.

Que quede claro, ni me echaron ni di un paso al costado. He renunciado para asumir mi defensa. Para que no se escuden en la libertad de prensa cuándo lo haga. Para que ellos y yo demos todas las explicaciones donde corresponde, que es en la justicia.

Al momento de comunicarle al señor Gobernador mi decisión, sólo le pedí que someta a todas las contrataciones mencionadas por el diario al control de la Sindicatura, la Auditoria de la Provincia y a quien él lo requiera. Y que los resultados de las mismas sean públicos.

Quiero agradecer al Sr. Gobernador por su confianza y apoyo. Especialmente agradezco la colaboración de todos aquellos que trabajaron tan ardua y eficientemente en el Instituto».