En una dramática respuesta a las condiciones laborales precarias que enfrentan los trabajadores de salud en Rosario de la Frontera, un empleado del hospital decidió tomar medidas extremas. El trabajador, un monotributista con un salario de $28,000, ve reducidos sus ingresos a tan solo $20,000 después de cubrir los costos del monotributo.
La situación de precarización laboral no es un caso aislado; la gran mayoría de los trabajadores del hospital comparten estas dificultades. A pesar de años de padecer condiciones laborales desfavorables, las entidades sindicales no han tomado acciones significativas para abordar y corregir esta situación, lo que ha llevado a una creciente frustración entre los empleados.
La medida de fuerza, aunque inicialmente llevada a cabo por un solo trabajador, refleja la creciente insatisfacción y desesperación de aquellos que luchan contra sueldos considerados miserables en comparación con el aumento constante del costo de vida.
Una preocupación adicional es el impacto directo en la calidad de la atención médica en el Hospital de Rosario de la Frontera. Se informa que el hospital ya no lleva a cabo operaciones, derivando a los pacientes a otras localidades como Metán, Güemes o Salta capital. Esta situación agrega una capa más de dificultad para los residentes locales, quienes deben buscar atención médica fuera de su comunidad.
A pesar de la protesta y el evidente malestar de los trabajadores, las autoridades del hospital han ignorado la medida, lo que agrava aún más la tensión en el lugar de trabajo. Además, se señala que el hospital está operando con solo el 50% de su capacidad en la guardia, lo que plantea preocupaciones adicionales sobre la capacidad de respuesta en medio de un brote de COVID-19 en la región.