Aunque algunos dicen que hay malestar por ciertos desbordes, el sciolismo mantendrá el esquema. Ayer se reunió con la CGT.
No hay marcha atrás; tampoco hubo un llamado interno para bajar el tono. La campaña contra Mauricio Macri no se modificará. Pero desde el sciolismo dicen que no se hacen cargo de las palabras de ningún funcionario nacional ni provincial. Sólo de las de Daniel Scioli y su grupo más cercano de colaboradores.
Por esa razón se mantendrá la estrategia que desplegó el oficialismo desde ministerios, secretarías y organismos descentralizados, que intentan propagar que trabajos, planes sociales, subsidios, salarios y jubilaciones podrían estar en riesgo en caso de que Macri sea elegido presidente.
Desde el sciolismo están convencidos de que es la mejor herramienta para que la sociedad «tome conciencia» de las políticas que impulsaría un eventual gobierno de Cambiemos. E incluso les restaron importancia a los circunstanciales voceros como el ministro de Salud, Daniel Gollán, o la ministra de Economía bonaerense, Silvina Batakis. «Buscamos crear una conciencia colectiva. Se ofenden [por Cambiemos] cuando descubrimos lo que hay detrás de la palabra cambio», dijo ayer Scioli en un acto en la Unión Ferroviaria del que participó toda la cúpula de la CGT oficialista.
Con sus palabras, el candidato a presidente por el Frente para la Victoria marcó el rumbo de lo que viene. «¿Qué rol tiene Gollán en la campaña? Ninguno. Batakis tampoco es relevante para la campaña. Vamos a seguir contrastando», agregó uno de los principales colaboradores del gobernador bonaerense.
Scioli será el encargado de exponer las contradicciones en las que, según dijo, incurrió Macri durante los últimos meses. Pero desde su espacio también salieron a responder las acusaciones de campaña sucia.
«Campaña sucia hace Macri, que inventó que contratamos a [el publicista brasileño Joao] Santana, que tiene procesado a [Jaime] Durán Barba por inventar información y que esconde sus propuestas para engañar al electorado», dijo Juan Courel, secretario de Comunicación Pública bonaerense.
Pese a la decisión del equipo de campaña, las intervenciones de funcionarios y allegados al kirchnerismo generaron hartazgo en el sciolismo. El ranking de personajes denostados por estas horas en las oficinas del Banco Provincia es encabezado por el ministro de Interior y Transportes, Florencio Randazzo; Gollán, y algunos camporistas, como Andrés Larroque.
«Son el tren fantasma. Parece que quisieran que Scioli pierda. ¡Que no hablen más! ¿Adónde se piensan refugiar? No entran todos en Santa Cruz», dijo a La Nación uno de los hombres de consulta del mandatario provincial.
Ayer, en tanto, ante más de 100 dirigentes sindicales que integran las centrales obreras que conduce Antonio Caló, Scioli aseguró que impulsará un proyecto de ley para «eximir el impuesto a las ganancias a la reinversión de las pymes en bienes de capital». En el encuentro, en el que participaron Omar Viviani (Taxistas), Omar Plaini (canillitas), Amadeo Genta (Sutecba), Ricardo Pignanelli (Smata) y Andrés Rodríguez (UPCN), entre otros, el gobernador también afirmó que llevará adelante la universalización de las asignaciones familiares a través de la eliminación de escalas, un histórico reclamo de los gremialistas.
Por la mañana, Scioli continuó con la nueva táctica -incluye presentaciones con menos gente y clima intimista- que se puso en marcha para el ballottage. Así, el bonaerense recorrió el centro comercial de San Antonio de Padua, Merlo, y habló con los vecinos.
Fuente: La Nación