Con vínculos familiares y políticos con Salta Federico Salvai y Raúl Kalinsky tienen línea directa con Carlos Grosso, uno de los principales asesores políticos del presidente Mauricio Macri. (Gonzalo Teruel)

Junto al bonaerense Antonio Cafiero y al riojano Carlos Menem, el porteño Carlos Grosso fue uno de los máximos referentes de la renovación peronista que en la década del 80 modernizó y democratizó al movimiento fundado por Juan Domingo Perón. Su estrella política alcanzó su mayor fulgor en el año 89 cuando fue elegido por Menem para desempeñarse como intendente de Buenos Aires. Pero su ambiciosa y corrupta gestión lo expulsó de la superficie de la política argentina.

Tiene el singular privilegio de ser el único al que el pueblo le hizo cumplir eso de “que se vayan todos”. Cuando en su efímera aventura en la Casa Rosada el puntano Adolfo Rodríguez Saa lo nombró asesor presidencial (una especie de Jefe de Gabinete dada la crisis institucional imperante) la gente volvió a las calles cacerola en mano y exigió su renuncia. Nunca más ocupó un cargo público. Pero se reinventó y desde los sótanos de la política continúa hasta hoy con su innegable influencia y con más de 70 años en sus elegantes y modernas oficinas de Puerto Madero diseña planes y proyectos que llegan hasta el presidente Mauricio Macri.

Carlos Grosso es, nadie lo duda en Buenos Aires, uno de los más influyentes asesores presidenciales y no pocos lo ubican a la par del radical Ernesto Sanz como hombres “fuera del gobierno, pero dentro del poder”. “Trabaja en el diseño de un ámbito de pensamiento en el que participan desde el presidente, Mauricio Macri, hasta el jefe de Gabinete, Marcos Peña y el asesor Jaime Duran Barba” sintetizó el diario Perfil semanas atrás y contó que las carpetas, papers y Power Points de su armado llegan a hasta los despachos del gobierno nacional. Además, desde hace meses “también le envía un mail, casi diario, al presidente Macri, donde le deja pensamientos de coyuntura”.

No es novedad. Grosso es un operador político que despierta admiración entre peronistas y macristas. Pero no trabaja sólo. Tiene un grupo de colaboradores y ahijados políticos (muchos de los cuales ocupan puestos de segunda y tercera línea en el gobierno de Horacio Rodríguez Larrreta) entre los que sobresale su amigo personal Raúl Kalinsky.

Allá, en la gran urbe, Kalinsky se presenta como empresario, arquitecto y exsecretario de Obras Públicas de Buenos Aires. Y recuerda, siempre recuerda, que fue uno de los impulsores del proyecto de construcción de Puerto Madero. Nada o casi nada dice de su pasado por Salta dónde fue secretario de Planificación y Desarrollo Urbano de la Municipalidad durante la gestión de Miguel Ángel Isa.

“Fue ideólogo de la creación de las comisiones integradas con profesionales arquitectos e ingenieros que mediante excepciones a los códigos y ordenanzas vigentes permitieron la construcción irregular de más de 300 edificios” lo denostó una fuente consultada por Cuarto Poder. Muy enojada la misma fuente insultó porque el ex funcionario municipal “ahora se la da de gran señor en Buenos Aires” y agregó que, como ahora con Macri, Kalinsky estuvo cerca del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner “y dejó todos los dedos marcados en la comprar de trenes inútiles (y sobrevaluados) que hizo Ricardo Jaime cuando era secretario de Transporte”. En efecto, el arquitecto y empresario fue asesor de Jaime y de Juan Pablo Schiavi y también del gobernador Juan Manuel Urtubey como coordinador de la Unidad Ejecutiva del Tren Urbano de Salta.

Otro dirigente ligado a Salta mantiene contacto frecuente con Grosso: el influyente jefe de Gabinete de Buenos Aires, Carlos Federico Salvai. En rigor de verdad, el salteño vive en Buenos Aires desde hace más de 20 años y desarrolló allí toda su ascendente carrera política.

Es una de las más respetadas jóvenes figuras del PRO. Influye en las decisiones de los gobiernos de María Eugenia Vidal y de Rodríguez Larreta en provincia y ciudad de Buenos Aires y, además, tiene llegada al gobierno nacional a través de su esposa, la también ascendente ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.

Como el mismísimo presidente Macri, muchas veces Salvai recibe los correos electrónicos del exintendente devenido en operador político. A propósito de operadores políticos, otro que pasó por Salta y conversa seguido con Grosso y mantiene influencia desde el subsuelo del poder es Ángel Torres.