Cuatro provincias concentran el mayor número de los embarazos precoces: Formosa, Chaco, Salta y Misiones, según una reciente hoja de ruta que elaboraron la Secretaría de Salud de la Nación y Unicef Argentina para saber cómo actuar no solo en los centros de salud, sino también en las escuelas.

La mayoría de niñas madres en el país tienen 14 años al momento del parto. Pero hay un 20% que tiene entre 10 y 13 años. Y cuatro provincias concentran el mayor número de los embarazos precoces: Formosa, Chaco, Salta y Misiones.
Autoridades sanitarias nacionales difundieron ayer una nueva guía para la detección temprana de los embarazos en menores de 15 años. El documento de 55 páginas es una «hoja de ruta» que elaboraron la Secretaría de Salud de la Nación y Unicef Argentina para saber cómo actuar no solo en los centros de salud, sino también en las escuelas.
«La detección del embarazo es un punto crítico, ya que suele ser tardío, por el desconocimiento que (las chicas y las adolescentes) tienen de sus cuerpos y sus procesos, o la negación o el ocultamiento del embarazo mismo», se explica.
Y el texto agrega: «En algunas situaciones, en especial cuando existe abuso intrafamiliar, ni la adolescente ni su entorno tienen conciencia real del embarazo hasta el parto. Por esto, la detección puede ser accidental y ocurrir en la escuela, en un centro comunitario, en una consulta médica (clínica, pediátrica, ginecológica) o en otros servicios a los que asisten (las chicas o las adolescentes)».
La presentación de la guía, en la que participaron representantes de ONG que trabajan en la prevención del embarazo adolescente, estuvo a cargo del coordinador del Programa Nacional de Salud Integral en la Adolescencia, Juan Carlos Escobar.
«Entre otros factores, el embarazo en menores de 15 años es resultado de la ausencia del poder de decisión; teniendo en cuenta sobre todo que la gran mayoría de los embarazos a esta edad son producto de abuso sexual y, como se sabe, mucho de estos tienen que ver con el ámbito intrafamiliar o del entorno cercano de la niña o la adolescente», indicó Escobar a través de un comunicado.

Causas

La «hoja de ruta» presentada parte de la noción de que el embarazo precoz es de alto riesgo obstétrico y psicosocial, por lo que debe considerarse una urgencia, en la que los profesionales que la atiendan deberán determinar la causa: si se trata de un abuso o una relación sexual consentida con una persona de su edad. «Ante una menor de 15 años en quien se confirma un embarazo, siempre se debe sospechar violencia sexual, sea en la relación que generó ese embarazo o en su trayectoria sexual previa», indican las guías.
Si existió una relación consentida y no hay acuerdo sobre continuar o no el embarazo con la pareja o la familia, la guía indica que el equipo de salud deberá darle prioridad a la decisión de la menor.
Luego, según el gráfico que resume los pasos a seguir, se deberá ofrecer la consejería en derechos, que incluye la interrupción legal del embarazo (ILE) de acuerdo con la edad gestacional y el contexto o, si decide continuar el embarazo, la posibilidad de crianza o de adopción del bebé. También se le ofrecerá anticoncepción luego de la ILE o el parto.
«Según los datos de 2017, que son los últimos que tenemos, nacieron 2493 niños de madres menores de 15 años o el 0,35% de todos los partos. Hay provincias que tienen tres veces esa proporción y hay tres provincias que tienen dos veces ese indicador. Aún tenemos un camino largo por recorrer», dijo Diana Fariña, directora nacional de Maternidad, Infancia y Adolescencia.